San Carlos no le encontró la vuelta y el Charrúa se llevó un triunfo casi sin proponérselo

El Celeste jugó un partido lejos de su nivel, perdió 1-0 con Central Córdoba, en Berisso, y se alejó de los puestos de ascenso

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Nada de nada. San Carlos jugó para el olvido. Para hacer borrón y cuenta nueva. Estaba obligado a ganar para seguir metido en la pelea, pero falló en todo. No estuvo preciso con la pelota, careció de ideas futbolísticas y prácticamente no lastimó.

Central Córdoba, un equipo limitado, terminó llevándose de Berisso un triunfo (1-0) casi sin proponérselo. Lo poco que ofreció el equipo rosarino fue lo que necesitó el Celeste para no quedarse con las manos vacías. Y así es el fútbol.

San Carlos, en menos de una semana, dilapidó seis puntos que oro, que a esta altura del campeonato, le hubiesen permitido escalar al tercer puesto y quedar a tiro del ascenso.

Ayer, el equipo del Flaco Vivaldo no tuvo respuestas futbolísticas ni anímicas. Los cambios de nombres (las suspensiones y lesiones lo vienen condicionando) quizás influyeron en el rendimiento colectivo. No es excusa, pero es la realidad.

Arrancó dubitativo. Con serios problemas para hacerse de la pelota en la mitad de la cancha. Y ante este panorama, el Charrúa, con mayor dinámica y precisión, fue el que logró acomodarse mejor dentro del campo de juego.

El aporte de los volante (buen trabajo de Lucas Bracco) fue clave ante un San Carlos que puso mucha voluntad, pero que careció de un juego limpio y asociado.

Alejandro Lugones tuvo algunos chispazos de su calidad, pero no fueron suficientes para abastecer a los dos puntas, que se mostraron muy estáticos, y por lo general, bien absorbidos por la marca.

SOLO EL GOL

El segundo tiempo no varió demasiado respecto de lo que fue el primer capítulo. Muchas imprecisiones en el medio y escasas llegadas a los arcos.

Pero dentro de ese contexto, el Charrúa fue algo más. Por ambicioso y decidido. Los cambios no le dieron resultado al equipo del Flaco, que siguió repitiendo los mismos errores conceptuales.

Y cuando el partido se había “achatado” definitivamente, apareció el cabezazo de Lucio Ceresetto, después de un tiro libre, que tras burlar a su marcador, colocó la pelota por encima de la humanidad de Nicolás Tauber. Un gol casi sin proponérselo. San Carlos se fue con las manos vacías, pero deberá corregir algunos conceptos para poder encarar con otras expectativas el tramo final del torneo.

 

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