¿Qué Messi le espera ahora a la Selección Nacional?
Edición Impresa | 10 de Mayo de 2019 | 05:09

Por EDUARDO TUCCI
El cachetazo fue terrible, las consecuencias imprevisibles. Todos los fantasmas reaparecieron en torno a Leonel Messi a 36 días de la Copa América, el desafío más importante que afrontará la Selección después del pálido papel en el Mundial de Rusia. Del golpe histórico que dio Liverpool, la caída inimaginable de un Barcelona colmado de dudas e ingenuidades se ha dicho todo o casi todo. Para el fútbol de nuestro país queda como expectativa cuanto tiempo le demandará al principal jugador de la escuadra albiceleste “gestionar la angustia”.
Aquí, Lionel Scaloni, mientras prepara el anuncio con los nombres de los convocados, reconoció que “fue un palo importante para Leo”, aunque “tiene que levantarse para lo que viene”. En tierra catalana, las últimas horas han sido de silencio total. Un silencio que se apoderó de todo Barcelona casi desde el mismo momento que quedó sellada la histórica caída. En medio de ese panorama, en el que podría ser su peor momento desde que está en el club, aseguran que nunca habían visto a Messi como esta vez.
Y no es para menos. A comienzos de temporada el conductor del Barsa había confesado que “Este año vamos a hacer todo lo posible para que esta copa tan linda y tan deseada vuelva a estar en el Camp Nou”. Se refería la Champions. Por ese motivo la caída con Liverpool no es una más en su carrera. Las cuentas de la Pulga, plagadas de saldos a favor, no muestran pérdidas tan notables como la sufrida el martes. Es más, algunos archivos hacen notar que no son muchas las veces que el rosarino ha padecido un 4-0 en contra durante su dilatada trayectoria. Este duro traspié de Anfield, por muchos motivos, seguro que quedará entre los peores de su fabuloso recorrido.
No se lo había visto tan golpeado con la camiseta azulgrana como esta vez. Ya con el 3-0 en contra puso los brazos en jarra y reaparecieron imágenes comunes en la Selección no en la escuadra catalana. El alcance de la onda expansiva de esta caída –que hasta incluyeron un fuerte cruce con los hinchas, algo impensado e inédito en su largo idilio con el equipo “culé”--, comenzará a dilucidarse cuando el “Diez” se sume al plantel de Scaloni.
Los que le intentaron buscar un costado menos doloroso al tema acotaban que ahora Messi podrá sumarse al trabajo en Ezeiza mucho antes porque no estará sujeto a la final de la Champions League prevista para el 1º de junio en España. Esto puede resultar un atenuante desde lo físico, aunque habrá que ver las implicancias del tremendo golpe anímico tras la estrepitosa caída en la batalla menos pensada.
El de Rosario, que siempre fue de pocas palabras, advirtió hace poco: “Quiero ganar algo con la Selección y voy a seguir intentándolo, a pesar de que muchos me dicen que no vaya más. El que no me quiere, lamentablemente, me va a tener que seguir aguantando un poquito más”.
Ahora aquí lo estará esperando la Copa América, un lauro codiciado que se viene negando con finales perdidas en 2007, 2015 y 2016 y si bien la Argentina nunca resultó la mejor escenografía para su desenvolvimiento será una muy buena oportunidad para que Messi pueda despejar los ecos de la tremenda caída.
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