Julio Velasco, el sexto “sabio” platense

Orgullo de la ciudad, se ha convertido en un docente del deporte, que despierta la admiración en las más variadas especialidades

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Por ADRIÁN D'AMELIO

adamelio@eldia.com

En medio de la soledad del gimnasio PalaPapini hay un hombre de cabellera canosa, pensativo y observando la inmensidad del escenario. Por un instante cierra los ojos y se lo imagina cubierto con los “tifosi” en las gradas alentando al equipo con esa manera particular que tienen los italianos.

En ese abrir y cerrar de ojos, vuelve a la realidad. Se encuentra que el gimnasio está vacío, solo y en el más absoluto silencio. Se quita los anteojos, recoge algunas pelotas que se encuentran desparramadas por el piso. Las guarda en un bolsón. Baja la red y apaga la luz.

En Modena, una ciudad que se encuentra en el norte de Italia con aproximadamente 200 mil habitantes, donde a pesar que llegó la primavera es “remolona”, porque el clima invernal todavía no le quiere dar paso. Eso se nota en el exterior del gimnasio.

Es hombre de pelo blanco se sube a su auto y toma la ruta para recorrer los 45 kilómetros que lo separan de Bolonia, Ahí se encuentra su casa, donde vive con su familia. Esta persona es Julio Velasco que con 67 años decidió hacer los “trámites de la jubilación”. Claro que es una manera de decir, ya que no hará ningún trámite burocrático, sino que después de dedicarse cuatro décadas a la profesión de entrenador de vóley, uno de los mejores de la historia, tomó la determinación de retirarse.

Sin pecar de exagerado, Julio Velasco es uno de los personajes más importantes que la ciudad de La Plata que trascendió al mundo. Y jugueteando un poco con la historia, porque no posicionarlo como el sexto “sabio” platense junto a la figuras de Alejandro Korn, Pedro Bonifacio Palacios, Florentino Ameghino, Carlos Spegazzini y Juan Vucetich.

Velasco trascendió a través del vóley, pero superó esa barrera y se convirtió en un referente del deporte a nivel mundial. Por demás es conocida la anécdota de Pep Guardiola, que siendo todavía jugador de fútbol ya avizoraba en el futuro ser entrenador, le pidió un encuentro para pedirle consejos.

Tan grande es la dimensión de la figura de Julio Velasco, que en el año 2000, la Federación Internacional de Voleibol (FIVB) lo distinguió como el mejor entrenador del Siglo XX junto al estadounidense Doug Beal y el japonés Yoshida Matsudaira; mientras que tres años después ingresó al Salón de la Fama del vóley.

En el año 2000, Julio Velasco fue distinguido como el mejor entrenador de vóley del Siglo XX

 

Julio Velasco es una personalidad de perfil bajo. “Me preocupan los excesivos elogios”, siempre dice. Un sujeto sumamente culto, ya que le restaron seis materias para completar la carrera Filosofía en la UNLP, pero su militancia política lo obligó a abandonarla, porque en aquellos años de plomo de los ’70 su vida corría serio peligro. Por eso decidió “refugiarse” definitivamente en el deporte. “El vóley me salvó la vida”, recalca cada vez que es entrevistado.

En el vóley, Velasco ganó todo a nivel de clubes y de selección con Italia. También dirigió los seleccionados de España e Irán, pero tenía una cuenta pendiente dirigir al equipo nacional. Se hizo cargo del conjunto argentino en 2014 con una proyección para los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Ganó la medalla dorada en los Juegos Panamericanos de Toronto 2015 al derrotar en la final a su eterno rival, Brasil.

Claro que en nuestro país ser entrenador o deportista amateur no para es nada sencillo. El presupuesto dedicado al deporte ha disminuido de manera considerable en lo que respecta a los últimos. Quizá por ese lado de tanta burocracia, Velasco se cansó pese a que nunca lo puso como excusa de su salida del seleccionado tras el último mundial de Italia y Bulgaria del año pasado.

“Los motivos son exclusivamente personales y familiares. No quiero que esta decisión sea interpretada como una consecuencia de las dificultades de trabajar en Argentina o de fallas en nuestra organización”, indicó Velasco que eligió volver a dirigir a Modena Volley para estar cerca de sus seres queridos.

La eliminación en semifinales de los Playoffs de la Superliga a manos de Perugia en el quinto partido quedará para siempre marcado en la historia como el último paso de entrenador de Julio Velasco. Seguramente no fue un arrebato, sino que era una determinación que el técnico ya la había nasticando con antelación.

Más allá de los resultados y de los títulos conseguidos a lo largo de su extensa y prestigiosa carrera, Julio Velasco es un docente del deporte, el mejor de ese rubro, aquellos que no abundan en el mundo y de los que faltan en Argentina. Si bien ahora debe estar sentado en el living de su casa de Bolonia habrá que tratar de convencerlo de alguna manera para que siga aportando sus conocimientos, su experiencia, su personalidad. El vapuleado deporte nacional que navega sin rumbo no se puede dar el gusto de prescindir de una figura como la de Velasco.

 

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