Kapanga: “Somos una banda sincera, la gente ve que nos divertimos arriba del escenario”

Antes de entrar al estudio, la banda de Quilmes regresa a la Ciudad para repasar sus éxitos y también algunos cortes profundos

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En tiempos de crisis, Kapanga insiste con su fiesta: la banda de Quilmes trae esta noche a La Plata, a la sala de 58 entre 10 y 11, su “show enérgico” y su lista de temas “bien arriba” conscientes de que “si no pudo Lennon cambiar el mundo, menos nosotros. Pero nos gusta pensar que al público le podés cambiar la mirada durante dos horas, le podés hacer olvidar la crisis que hay, y que se pueda divertir un rato, descansar un poco la mente, disfrutar y estar en otro lugar”.

Así dispara Miguel “Maikel” De Luna Campos, guitarrista ícono del emblemático combo del sur, que cree que en ese sentido su música que invita a mover el cuerpo, compartir calor y saltar puede ser una forma de “resistencia”: “No deja de ser música pop, y pop viene de popular: y la música popular siempre fue una resistencia cultural a los embates sociales”.

“Y si hay algo que tenemos que me gusta mucho”, agrega el guitarrista, “es que en un montón de letras hay una bajada de línea, pero desde otro lado: no desde la protesta, sino que desde lo bailable contamos otro tipo de cosas”: la invitación al baile catártico siempre fue parte del ADN de una banda que tiene en su hit más popular al recordado “Mono relojero”, encarnación de la vitalidad en la cara de la adversidad y de esos vaivenes políticos que siempre quieren aguar la fiesta.

La banda repasará su discografía haciendo hincapié en “temas que no hemos tocado tanto”

 

Y justamente, a la banda con 25 años de recorrido le vuelve a tocar atravesar otro momento de vaivenes y crisis. Y “Maikel” dice que Kapanga, durante estas dos décadas y media, ha capeado los temporales gracias a que “la gente ve que somos una banda sincera, que nos divertimos arriba del escenario y que intentamos divertir al público. Y eso no es poco: ser verdaderos en momentos donde todos se disfrazan de cualquier cosa”.

Por eso, “la gente sigue haciendo el esfuerzo de venir”. Pero, dice, la crisis se nota: “Lo primero que suspendés es salir a comer, ir al cine, ir a ver una banda... Por eso tratamos de tirar un centro, bajar el precio de las entradas, que los menores vayan gratis (hasta 14 años, será sin costo también en La Plata)”.

Y los chicos se entusiasman: a pesar de que la banda tuvo su irrupción hace más de una década, “trascendemos lo generacional”, se entusiasma “Maikel”. “Adelante, en las vallas, en los shows, hay pibes chiquitos, que se acercan: eso nos parte el cerebro, es lo más difícil para una banda”.

Esta noche Kapanga llegará a La plata con la promesa de un show distinto y con aroma a despedida: el combo se prepara para entrar al estudio, y antes está realizando una pequeña gira por la Provincia para decir adiós por unos cuantos meses. Una gira con una puesta de luces ambiciosa, y un setlist distinto, que repasa “todos nuestros discos, poniendo hincapié en temas que no hemos tocado tanto”.

Es que, dice “Maikel”, en preparación para entrar al estudio, “empezamos a revisar el material viejo y encontramos cosas que nunca tocamos en vivo, redescubrimos viejos temas”. Y, tentados por revivirlos, los sumaron a una lista que escapa al solo hit, y extenderá el show: de aquellos recitales más cortos, hiteros y contundentes, Kapanga muta a este repaso profundo de su catálogo, que pasea por esos “deep cuts” tantas veces relegados por los temas más conocidos. Pero los himnos, claro, no faltarán: “Si no, nos matan”.

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