Decorar con plantas de interior

Por SOLANGE BARREDA

@losnardosbdf | vivirbien@eldia.com

“Hacer y transmitir belleza es dar amor” ¿Alguna vez entraron a una casa y les sacó una sonrisa? ¿Sintieron una oleada de frescura y de empatía y dijeron ¡Qué lindo lugar!?

A veces no tiene que ver con muebles costosos o grandes decoraciones, sino con el equilibrio visual de los objetos elegidos, que bien combinados generan atmósferas encantadoras.

Y que mejor para empezar a lograr ese equilibrio y regocijo visual en nuestros hogares o espacios cotidianos (ya que esto se aplica a todos los lugares que frecuentamos), que adoptar una planta de interior. Si, hoy vamos a hablar de ellas, que son muy generosas.

Y las califico así porque con muy poquito cuidado pueden aportar mucha belleza y alegría a nuestro hogar.

“A mi se me mueren todas”, “me olvido de regar”, “las paso de agua” suelen decirme mis clientas con cara de desconfianza cuando yo les propongo agregar un lindo ejemplar para dar cierre a un espacio recién decorado o para aportar una planta viva al living o la cocina.

El secreto es tener un poquito de ojo, es decir, prestarles atención. Esa es la clave para que una planta “funcione”.

“Una planta no es un almohadón” diría mi socio cuando le proponen ocupar un espacio sin luz natural con una de ellas o cuando las mueven constantemente de lugar a otro de acuerdo al gusto o el deseo del momento.

Cuando elegimos una planta con criterio decorativo (que es a lo que apuntamos hoy, ya que existen espacios divinos donde las plantas reinan y copan el lugar, pero este no es el objetivo de este encuentro) lo primero que tenemos que determinar es si el espacio que queremos intervenir es el adecuado para que sobreviva.

Lo importante es medir la luz natural que llega al espacio, ya que para poder vivir necesitan la luz solar

Al lado de un sillón, sobre la mesa ratona, en el palier de entrada, en la barra de la cocina, en el baño, o sobre una repisa, son los espacios mas comunes donde nos suelen consultar para emplazarlas.

Tomemos en cuenta antes de avanzar que en los últimos años se han revalorizado las plantas de interior como parte de la decoración de los espacios, echando por tierra ese aspecto ochentoso y pasado de moda que ensombreció su uso en los años `90 y a principios de siglo, donde el minimalismo casi prohibía su uso.

Lo importante es medir la luz natural que llega al espacio, ya que para poder vivir necesitan la luz solar. En los lugares luminosos podrán utilizarse mas variedad de ejemplares y el abanico será más amplio. Se podrán combinar diferentes alturas y en tríos para recrear rinconcitos verdes más cancheros y descontracturados. Utilizando los Crotones (Codiaeum Variegatum), Helechos (Polypodium), Peperomias o simplemente utilizar un solo ejemplar grande, como la palmera Areca (Dypsis lutescens) para crear un foco elegante en espacios amplios y más sofisticados. Otra opción práctica y bella es agregar una maceta grande con un ejemplar verde de moda para otorgar calidez a lugares neutros. El Ficus Pandurata encabeza la lista de los mas buscados por los amantes de la deco.

Hojas encintadas, veriegadas, enteras, arrepolladas y con flor (las mas difíciles de encontrar). Todo vale si estamos dispuestos a prestarles atención y a regarlas de acuerdo a lo que necesiten. La regla puede ser una o dos veces por semana pero esto dependerá de lo que requiera cada una y como se adapte. Para ello es importante vigilar cómo está la tierra, no sólo en la superficie sino en su interior. Basta con enterrar un cuchillito y si sale húmedo, no requiere riego esa vez.

A no asustarse: en un par de semanas ya sabrán cómo funciona este último requerimiento y les aseguro que no pedirán muchos mas cuidados. Sólo se vuelve a revisar la regla si se prende la calefacción o el aire acondicionado, que con su viento directo será enemigo de cualquier plantita.

Pero me pregunto ¿No es lindo cuidar de algo, darle amor? Eso luego nos devolverá el favor aportando belleza y alegría a nuestra casa.

Les aseguro que nos darán mucha armonía y buenos momentos. Ya no se sentirán solos, se animarán a regalar gajos, ejemplares y por qué no a sacarle alguna foto para seguir su crecimiento. Es sólo cuestión de conectarse. Sentirán que están haciendo algo bello, transmitiendo cariño y seguramente provocando una sonrisa a quien los visite.