Sueño resguardado: camas con dosel

Un accesorio que pocos utilizan pero que puede darle un toque de distinción a las habitaciones de la casa y también al jardín

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Qué mujer no ha soñado con tener una cama como la de los cuentos de hadas, donde las reinas y princesas se recostaban mientras unos bellos géneros cubrían la cama desde arriba.

Y es que antiguamente, los doseles solían presidir las camas de la gente de la nobleza para mantener el calor en la zona de la cama, resguardarse del frío y protegerse de los insectos y parásitos.

En al actualidad ya no se necesitan para esos fines, pero gustan porque le dan un aire romántico y soñador al dormitorio: envuelven en su abrazo, ofrecen privacidad y sensación de protección.

Pero no sólo se adaptan a ambientaciones románticas, sino que pueden encontrarse en varios estilos y quedan bien con casi todas las decoraciones.

Para quienes no saben de qué estamos hablando, las camas con dosel se caracterizan por tener cuatro postes que se alzan sobre las esquinas de la misma y se unen entre sí mediante barras laterales. Las cortinas o tejidos que se colocan en esos postes a modo de techo para cubrir la cama son los doseles y pueden ser de diferentes materiales, se pueden dejar sueltas cubriendo la cama o atarse en los postes.

Eso sí, a la hora de elegir colocar un dosel en la habitación, hay que tener en cuenta algunas cuestiones para disfrutar del mismo y no arrepentirse de la decisión.

El tamaño del dormitorio es fundamental. Si el ambiente es pequeño, mejor desistir de un dosel. Además, según la cama que se elija, pueden tener diferentes efectos visuales.

Hay que medir bien la altura del techo y a partir de ahí, elegir un estilo que se ajuste al diseño del dormitorio.

Es mejor optar por una cama con dosel alta si se quiere que el resto de los muebles no queden eclipsados.

La altura de los doseles también es importante: si es más alto, el dormitorio parecerá más pequeño e íntimo.

Hay que tener en cuenta no sólo el estilo de la cama sino también el color, las líneas y la forma para que combinen con los muebles del dormitorio.

Las camas con dosel pueden ser de muchos materiales como de madera natural, enchapada, maciza y de hierro, entre otros. La elección del estilo y el diseño con el que se decida decorar el dormitorio permitirá darle un aire soñador y romántico, rústico, colonial o más moderno y lineal.

Si no se quiere renunciar a un dosel pero no se está muy convencido de cambiar la cama, se puede optar por colocar un modelo que se aplique desde el techo.

Para conseguir el estilo que se desea para el dormitorio, está bueno jugar con los tejidos de los doseles. Los tonos claros y materiales delicados conseguirán un aire de ligereza y romanticismo. Los más oscuros ayudarán a que la luz exterior no se filtre.

Para quienes no se animan a poner semejante estructura en la habitación o simplemente no queda bien por una cuestión de espacios, hay otro sitio donde se puede colocar el dosel: el patio o jardín. Sobre un sillón o bancos amplios, queda muy bien.

 

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