Una convocatoria desprolija, con la que el Gobierno divide al PJ
Edición Impresa | 4 de Mayo de 2019 | 03:06

Por: Mariano Spezzapria
@mnspezzapria
La convocatoria del Gobierno al diálogo político con la oposición no tuvo, en principio, el efecto deseado en la Casa Rosada. De hecho, la anticipada ausencia de Cristina Kirchner condiciona la intención original del Gobierno, que es enviar una señal de previsibilidad a los mercados en momentos de alta inestabilidad cambiaria y financiera.
La ex presidenta es, justamente, el factor que más intranquiliza a los operadores del mercado, dado que su posicionamiento en las encuestas de intención de voto le adjudica una posibilidad cierta de ganarle las elecciones a Mauricio Macri y, por lo tanto, de volver a conducir el destino de la economía argentina en un rumbo opuesto al actual.
Pero si la convocatoria del Gobierno queda trunca de arranque, también hay que apuntar que la filtración del documento de 10 puntos provocó un sacudón en el peronismo no kirchnerista. A tal punto, que Miguel Pichetto y Juan Manuel Urtubey aceptaron la invitación oficial, mientras que Roberto Lavagna y Sergio Massa la rechazaron por incompleta.
Esto es, por no tener en cuenta a todo el arco opositor y porque la agenda se limita a un “decálogo de buenas intenciones”, definió anoche Massa en una conferencia de prensa en su bunker de campaña, sobre la Avenida del Libertador porteña. Pero la postura del líder del Frente Renovador difiere de la de Pichetto y Urtubey, con quienes comparte espacio en Alternativa Federal.
Lavagna, por su parte, reaccionó más como un economista que como un dirigente político que está en vías de consolidar una candidatura presidencial potente de cara a las elecciones. Sus objeciones al temario propuesto por el Gobierno fueron más bien técnicas antes que políticas. Pichetto, por su parte, pidió sumar a los gobernadores y a los jerarcas de la CGT.
La filtración del documento a la prensa el jueves pasado hizo que la convocatoria del Gobierno luciera desprolija. Solamente Pichetto fue comunicado formalmente, mientras que Massa recibió un mensaje a través de WhatsApp y Lavagna directamente no fue notificado. El ministro del Interior, Rogelio Frigerio, tuvo que salir a dar explicaciones en forma prematura.
Para enfrentar ese desacople, el Gobierno dejó trascender que el propio Macri hará los llamados a los líderes opositores para darle entidad a la mesa de diálogo. Pero la administración de Cambiemos no tiene en sus planes invitar a Cristina y anoche Massa dejó en claro que tampoco asistirá si la Rosada no llama a los dirigentes con mayor representación en la sociedad.
Si algo sabía Massa de la movida que armaba el Gobierno, no fue por Frigerio sino por el alcalde porteño Horacio Rodríguez Larreta, con quien mantiene una amistad desde hace largos años. En Cambiemos son varios los dirigentes que le venían reclamando a Macri una mayor apertura política con el peronismo no kirchnerista. Uno de ellos es el gobernador Alfredo Cornejo. El mendocino, que lidera la UCR, pidió incluso que la convocatoria a Lavagna, Pichetto, Urtubey y Massa tenga un correlato electoral, para ampliar Cambiemos frente a la amenaza que supone Cristina. Pero en la Casa Rosada ya le bajaron el pulgar a esa idea del jefe radical.
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