Macri toma el riesgo de convocar a la ex presidenta para mantener la iniciativa

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Mariano Spezzapria

@mnspezzapria

El Gobierno dio ayer finalmente una muestra concreta de que el diálogo político, que reclama para despejar la inestabilidad económica, va en serio. Lo hizo al convocar formalmente, por carta, a los principales referentes de la oposición, entre los que incluyó a la ex presidenta Cristina Kirchner.

El presidente Mauricio Macri y el principal arquitecto de este acercamiento a la oposición, el ministro del Interior Rogelio Frigerio, avanzaron en ese sentido pese a que la inclusión de Cristina Kirchner supone una jugada de alto riesgo político para la administración de Cambiemos.

La convocatoria a la ex presidenta es lo que corresponde, porque representa a un porción sustancial del electorado –según las encuestas-, pero esto podría poner al Gobierno en conflicto con sus propios adherentes, que no quisieran ver a Macri sentado a la misma mesa con Cristina.

Sin embargo, para el Gobierno la convocatoria a la jefa de la Unidad Ciudadana era un paso elemental para que el resto de la oposición acceda al llamado del Presidente, quien sería sometido a un desaire político evidente en caso de no conseguir que los líderes acudan a la Casa Rosada.

Según pudo saber EL DIA, esa fue una de las demandas que le hizo Sergio Massa a Macri en la conversación telefónica que mantuvieron el fin de semana. El Presidente también sumó a la convocatoria a la CGT y a los gobernadores provinciales por pedido de Miguel Pichetto.

Con los gestos de ayer, más un llamado a Daniel Scioli –quien participa de la interna en el kirchnerismo- y la extensión de la convocatoria a los empresarios y las iglesias, Macri dejó en claro que no está dispuesto a dejar caer la idea con la que el Gobierno retomó la iniciativa política.

Pero la inclusión de Cristina en la ronda de diálogo fue el plato fuerte de la jornada. Ahora, si la ex presidenta rechazara el convite, en Cambiemos ratificarían su pensamiento que no la guía una lógica democrática, como cuando no entregó los atributos del mando presidencial en 2015.

Por esos motivos, para la ex presidenta no se trata de una decisión menor. Ya mandó a advertir que no piensa firmar el acuerdo a “libro cerrado”, como tampoco lo harán otros referentes opositores, pero rechazar directamente la invitación de Macri no sería una buena señal.

Las dudas que se reflejan en los mercados sobre la aptitud política de Macri para derrotar electoralmente a Cristina este año también se pueden extender a un eventual nuevo mandato de la ex presidenta, quien ya conoce en carne propia la presión que conlleva la suba del dólar.

Tampoco Roberto Lavagna quedaría bien parado en caso de rechazar la convocatoria oficial, puesto que su propuesta se basa en la construcción de consensos para un Gobierno de unidad nacional. Aunque la mayoría de los opositores considere que la iniciativa de Macri llegó tarde.

La convocatoria a Cristina era un paso elemental para que el resto de la oposición acceda al llamado

 

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