El medio ambiente sin 364 días

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Sergio Palacios (*)

sergio.r.palacios@gmail.com

Los 5 de junio se celebra el Día Mundial del Medio Ambiente. Esto desde que la ONU lo declaro en 1972 cuando ocurrió en Estocolmo la primera cumbre mundial sobre la materia. Hoy todos postean fotos, dicen amar al planeta, tener conciencia de la necesidad de vivir en un ambiente sano y mantenerlo así para las generaciones futuras. El planeta está feliz por ello. Pero, ¿qué hacemos cada uno de nosotros los 364 días restantes? Se los cuento.

Nada de lo que pasaré a detallar lo conozco por haberlo leído o porque alguien me lo contó. Solo están en la lista aquellas cosas o hechos que veo “todos los días”, aun el Día Mundial del Medio Ambiente: luces prendidas en ambientes vacíos; alumbrado en la vía pública encendido a pleno rayo del sol; bolsas de residuos tiradas en las calles; autos abandonados añejándose; asfalto donde había empedrado; construcciones sin límites concentradas en zonas urbanas donde más presión existe en la demanda de recursos naturales; ausencia de legislación que estimule y hasta condicione el uso de energías renovables y diseños constructivos propuestos desde la arquitectura sustentable; derroche de agua potable para usos fuera del consumo humano; no aprovechamiento del agua de lluvia para almacenar y utilizar; uso de tecnologías que mal gastan energía; descontrol y toda ausencia de reglas y prácticas para residuos en su generación, clasificación, y hasta disposición, en todos los espacios del sector público sin discriminar jurisdicciones; ausencia total desde el sector público y empresas de información acerca de donde llevar materiales descartables o que uno deje voluntariamente de utilizar (residuos) para su reutilización o reciclado; uso del espacio público (calles, plazas) para tirar residuos al caminar o desde la ventana del auto.

La mayor parte de estas acciones u omisiones se aprecian en cada hogar, lugar de trabajo, y en espacios abiertos, salvo las que no nos convienen porque involucra nuestro bolsillo: nadie toma una gaseosa y tira el envase de plástico en el living o dormitorio. Seguramente en casa apagan la PC o luces.

Esto muestra otro problema de suma gravedad para el medio ambiente. Las personas solo valoran -por la cultura económica impuesta- aquello que es monetizado y que es de su propiedad. Lo público no tiene valor porque no es apropiable (llevarme la tobogán de la plaza a casa) y porque su mantenimiento no lo pago en una ventanilla en forma directa como lo hago con la cuenta del supermercado. La cuenta de luz y gas de casa la pagamos e insultamos al ver la factura. ¿Hace cada uno lo mismo cuando no apaga la PC o monitor, o pone el aire en 18º o la calefacción al máximo, en el lugar de trabajo?

El medio ambiente paga todos los días la total ausencia de conciencia del valor del ecosistema y de los recursos que son de todos. Todos es la humanidad. Los 364 días restantes el planeta recibe millones de toneladas en distintos tipos de residuos cuando consideramos que ya no nos generan utilidad. Pero nuestra mayor ignorancia esta en no conocer y menos concientizarnos de las consecuencias de un modelo de vida donde “vivir es consumir” o en creer que en un planeta de recursos finitos se puede producir ilimitadamente. La ecología no nace desde el conocimiento sino de la intuición y vivencia. La humanidad vivió miles de años integrada a ella sin escuelas, universidades, sin empresas y sin Estado. Civilizaciones se desarrollaron porque nacían y crecían pegados a un río y con tierra fértil. Fueron los servicios de la naturaleza con sus ciclos de vida lo que les permitió prosperar. Antes de existir la licuadora o multiprocesadora la civilización pudo evolucionar y sobrevivir. Lo que va a resultar bastante difícil es dejar un planeta habitable, respirable y bebible si continuamos con el insostenible modelo de vida (producción y consumo lineal), y si, además ni nos preocupamos por asumir las consecuencias: cambio climático, pérdida de biodiversidad, agotamiento de recursos naturales, contaminación, siguen las firmas.

Una noticia final en atención al Día Mundial del Medio Ambiente: El planeta tiene unos 500 millones de años así que la belleza que en el apreciamos tardo ese tiempo en producirse y mantenerse. Nosotros andamos construyendo civilizaciones dentro del holoceno desde hace unos 10 mil años, luego de la última era glaciar. La noticia en realidad es que lo que el planeta hizo en 500 millones de años nosotros logramos transformarlo y ponerlo al límite de su existencia biológica en apenas unos 150 años. Si no fuese que la noticia es trágica, hablaríamos de la gran eficiencia de nuestra capacidad depredadora.

Para que no sean todas pálidas, diremos que muchos trabajamos desde las prácticas hogareñas los 365 días del año para tener un medio ambiente sano. Simplemente a partir de formar la propia conciencia y saber que cada acción multiplicada es lo que cambia las cosas. Familias, personas individualmente y ONG barriales, nacionales e internacionales trabajan y están en red formando y guiando en las conductas ecologistas. Debemos todos cambiar nuestro modo de vida y adoptar la sostenibilidad como filosofía y así garantizar una vida armoniosa entre los humanos y la naturaleza los 365 días de todos los años.

(*) Abogado. Prof. de Economía Política, UNLP

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