Comercios con las persianas bajas, una postal del domingo en todos los barrios

En el microcentro, como en otras zonas del casco urbano y la periferia, algunos no pudieron abrir y otros optaron por no arriesgarse

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El domingo tuvo una postal que pintó la jornada: las persianas bajas de los comercios que habitualmente abren en este día de la semana. En esta oportunidad, ni siquiera se animaron a abrir las cadenas de comida rápida, que estuvieron cerradas toda la mañana y gran parte de la tarde, hasta que se estabilizó el servicio de energía eléctrica, que se normalizó en su totalidad cerca de las 16, según los reportes informados por la empresa Edelap.

La falta del suministro eléctrico, en muchos casos, impidió que se levantaran las persianas. Es que en la mayoría de los casos -exceptos manuales-, las mismas se levantan por un sistema que necesita de energía.

Pero los comercios cerrados no fue sólo una postal céntrica. En los barrios también se dio la misma imagen, según se pudo corroborar en una recorrida por distintas zona.

“Abrir el local resultaba más complicado que beneficioso. Por eso esperamos el regreso de la luz”

Alfredo Comerciante de La Loma

 

Muchos autoservicios, por ejemplo, no pudieron abrir porque no cuentan con grupos electrógenos. A su vez, quienes tienen estos equipos piensan dos veces en utilizarlos por la cantidad de combustible que tienen que utilizar. Hoy el encarecimiento de ese combustible lleva a pensar más de una vez en utilizarlo en un espectro de incertidumbre, ya que la lluvia no cedió en casi toda la mañana y buena parte de la tarde, lo que llevó a la gente a no salir de las viviendas.

Los grupos electrógenos de 3.500 w a 5.500 w cuestan entre 17 mil y 33 mil pesos, respectivamente. Los hay más sofisticados y más caros.

Cada comerciante tomó su decisión en forma individual. En este caso no hubo consultas a las cámaras o federaciones que los agrupan.

La imposibilidad de conseguir un transporte público en poco tiempo, también hizo imposible llegar al lugar de trabajo a numerosos empleados del sector comercial.

En el microcentro, los domingos habitualmente abren las cadenas de electrodomésticos -más aún en fechas como las de ayer, por el Día del Padre- y las de comida rápida. En ambos casos, ayer prácticamente todos los locales estuvieron cerrados.

Las persianas bajas le dieron un gris más intenso al domingo lluvioso.

Recorrer las calles de la Ciudad en la jornada de ayer fue encontrarse con una postal repetida en todos los barrios. Locales que no abrieron, no sólo por la falta de energía en sí, sino también por la ausencia de clientes, que buscaban productos más básicos para pasar el domingo sin luz, a pesar de la celebración con los padres. La falta de energía también perjudicó a los comerciantes en la facturación: sin energía, todo debió ser cash, nada de tarjetas. O en todo caso, a los de confianza, el cuaderno negro de fiado.

 

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