En un operativo policial, inhumaron en Caracas al militar muerto tras ser torturado

Los restos del capitán de corbeta Rafael Acosta Arévalo, muerto tras ser torturado en una dependencia estatal en Venezuela, fueron inhumados hoy en Caracas, en un operativo con fuerte custodia policial, 12 días después de su fallecimiento, informó la prensa local.

El cadáver, que permanecía en la morgue de Bello Monte, en el sector oriental de la capital, fue trasladado este mediodía al Cementerio del Este con una nutrida escolta de la Policía Nacional Bolivariana (PNB), reportó el diario caraqueño El Nacional.

Efectivos y vehículos de esa fuerza habían cercado las inmediaciones de la morgue desde las primeras horas de la mañana.

“Hoy nos sorprenden con esta inhumación controlada”, afirmó el abogado de la familia de la víctima, Alonso Medina Roa.

Medina explicó que sus parientes querían sepultar al oficial en Maracay, la capital del vecino estado Aragua, donde reside la mayoría de su familia, pero eso fue impedido por las autoridades chavistas.

Acosta Arévalo fue detenido el 21 de junio por efectivos de la Dirección General de Contrainteligencia Militar (Dgcim) y alojado en dependencias de ese organismo, sospechado de haber participado de un supuesto complot denunciado por el gobierno chavista.

Siete días después fue presentado ante un tribunal y debido al estado que presentaba, el juez ordenó que se lo trasladara inmediatamente a un hospital militar, donde falleció horas después.

En la autopsia se encontraron en el cuerpo lesiones compatibles con torturas y el Poder Judicial, que responde al gobierno de Nicolás Maduro, informó que había ordenado la detención de dos suboficiales de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB), de 22 y 23 años de edad, acusados de homicidio preterintencional “por su presunta vinculación en la muerte” de Acosta Arévalo.

La muerte de Acosta Arévalo hizo recrudecer las críticas del antichavismo y buena parte de la comunidad internacional por los métodos que la administración de Maduro utiliza contra la oposición política.

Tres días después del fallecimiento del capitán, el adolescente de 16 años Rufo Chacón perdió los ojos tras recibir 52 perdigones de goma a quemarropa en la represión de una protesta por falta de gas domiciliario en el estado andino Táchira.

El clima continuó crispándose la semana pasada, con la difusión de un informe del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos (Acnudh) que denunció “graves vulneraciones de derechos” en Venezuela, entre ellas miles de ejecuciones extrajudiciales y cientos de prisiones arbitrarias.

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