El trigo, ante una campaña dorada y en la Provincia esperan una gran cosecha

En territorio bonaerense proyectan para el cultivo una temporada sin precedentes, con la mayor superficie implantada de los últimos 18 años. El cereal volvió a ser federal, marcando un gran avance en casi todo el país

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Por ESTEBAN PÉREZ FERNÁNDEZ

eperezfernandez@eldia.com

El trigo vive uno de sus años más gloriosos. Porque aumenta la superficie sembrada y se encamina a una cosecha récord, pero, además, porque desde el sector destacan que el cultivo volvió a ser “federal”, ya que en los últimos tres años en muchas provincias se volvió a sembrar este cereal insignia del campo argentino. Las proyecciones de la Bolsa de Cereales y especialistas del sector muestran que este cultivo se encamina a una temporada con registros únicos. Y la Provincia de Buenos Aires, la mayor productora del país, incrementó un 18% su área sembrada, aunque en algunas zonas esa mejora llega al 160% de la cantidad de hectáreas cultivadas.

El trigo, que había dejado de tributar retenciones a los pocos días de la asunción de Mauricio Macri como Presidente, tuvo que volver a pagar en septiembre de 2018 las llamadas “retenciones extraordinarias” de 4 pesos por cada dólar exportado (equivalentes a poco menos del 9% de retenciones al tipo de cambio actual). Al inicio de la gestión, estaban en 35% y la quita impulsó a los productores del cereal a potenciar los campos sembrados.

En cuanto al aporte económico de la campaña por venir, el PBI de la cadena (que incluye producción, transporte, insumos y molienda primaria) rondará los U$S 3.500 millones.

En el transcurso de la última semana, la siembra de trigo alcanzó el 85,8% del área estimada en todo el país para la campaña 2019-20, que actualmente se ubica en las 6.600.000 de hectáreas.

La Bolsa de Cereales de Buenos Aires (BCBA) estimó que la campaña crecerá 8,4% respecto del ciclo anterior y alcanzará un récord de 20,6 millones de toneladas.

Para David Hughes, presidente de ArgenTrigo, la campaña triguera marca que “ahora estamos en plena siembra y hay un interés en seguir creciendo, va a ser una buena campaña en superficie y si el tiempo acompaña va a haber rindes muy grandes, en especial en Provincia de Buenos Aires”.

En declaraciones a EL DÍA, el titular de la Asociación Argentina de Trigo explicó que “el crecimiento es muy importante y si el clima sigue bien, podríamos tener una muy buena cosecha. Por eso el productor está dispuesto a asumir riesgos, porque cree que va a tener buenos precios”.

Con respecto al área sembrada de trigo en todo el territorio nacional, creció un 48%, al comparar el promedio de superficie cultivada de las últimas tres campañas, contra el promedio de las primeras siete de la década, según datos de la secretaría de Agroindustria de la Nación, que conduce Luis Miguel Etchevehere.

En el caso de la Provincia de Buenos Aires, la superficie del cultivo creció 18%, por debajo del promedio nacional porque el sur bonaerense mantuvo estable el área implantada por las pocas alternativas al trigo. Sin embargo, hay regiones dentro del territorio bonaerense que duplicaron y más la superficie, como es el caso del norte (Pergamino, Rojas, Salto y Arrecifes), donde creció 159,8% en promedio, durante el período analizado.

Si analizamos provincia por provincia, vemos que, en la mayoría de ellas, la expansión del área sembrada es aún mayor. En consecuencia, el trigo volvió a ser federal y se revirtió una tendencia que se había dado durante los años de restricción a las exportaciones del cereal y las retenciones de 23%, que acotaron el cultivo a las regiones con pocas alternativas agrícolas, como el sudeste y sudoeste de Buenos Aires.

San Luis fue la provincia que más creció en hectáreas implantadas, con un 255%. Pasó de sembrar 6.729 hectáreas promedio, entre 2009/10 – 2015/6, a 23.913 hectáreas, entre 2016/7 y 2018/9. Le siguen Córdoba con un crecimiento de 102%; Santiago del Estero con 97%; Santa Fe, 81% y La Pampa 73%.

Hughes explica que las mejoras en el sector llegaron “por la liberación de los cupos de exportación y las rebajas en impuestos a las ventas del trigo al exterior. Además, el precio del mercado futuro empezó a marcar el de la cosecha nueva de libre oferta y demanda a diciembre-enero, cuando se hace la cosecha. Ese valor incentivó al productor a sembrar mucho trigo, pero además a cuidarlo y que cumpla con los requisitos del mercado, para la exportación y el mercado interno”

El especialista destacó las posibilidades de exportación de productos elaborados, como los de la industria molinera, en espacial harina del Norte de la Provincia.

“Hay buena humedad en el suelo y esto permite buena siembra. El mundo está dispuesto a pagar precios interesantes, por eso el movimiento en suelo bonaerense es muy fuerte, en especial donde está el agregado de valor, como las fábricas de pastas, molinos y panaderías. Esto ayuda mucho a mover la economía en invierno, por la siembra y la cosecha, que generan venta de insumos como fertilizantes y gran movimiento de camiones”.

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