Una sequía que pone en jaque la etiqueta de potencia
Edición Impresa | 4 de Julio de 2019 | 03:04

Lautaro Segura
lsegura@eldia.com
Parece no haber dudas con respecto a que la Selección Argentina es potencia mundial: pertenece al selecto grupo de 8 países que fueron campeones del mundo, ganó en 14 ocasiones la Copa América y ha tenido el honor de cobijar a dos de los mejores futbolistas de la historia. Pero en los últimos 26 años el panorama cambió por completo.
Pertenezco a la generación de argentinos que no vio campeón al seleccionado nacional y que tiene la vivencia de pocas grandes victorias ante equipos top en las principales competencias. Desde 1994 hasta la fecha, los triunfos más rutilantes durante un torneo fueron dos y ambas por penales: frente a Inglaterra en 1998 y contra Países Bajos en 2014. Parece difícil, entonces, poder sostener la chapa de potencia de nuestro seleccionado sin tener que apelar a un pasado cada vez más lejano.
Las piernas que le cortaron a Maradona en 1994 también se las cortaron al seleccionado nacional. Ni la aparición de un jugador de su mismo planeta como Messi le permitió a la Argentina reencontrarse con la gloria. Grandes jugadores que la rompieron en Europa nunca faltaron (a veces hubo más y otras menos), pero por distintos aspectos los torneos disputados hasta la fecha siempre tuvieron el mismo triste final. A veces fue simplemente que faltó suerte, mientras que en otras influyeron las malas decisiones.
En la mayoría de los post eliminación siempre se habló de la apuesta a un “proyecto”, pero el mismo nunca se materializó. Se intentó de la mano de José Pekerman a comienzos de este siglo, pero el mismo quedó trunco tras el Mundial 2006. Con Alejandro Sabella también parecía que se estaba germinando algo bueno para nuestro fútbol, pero todo se desvaneció (y destruyó) en los años posteriores.
Un “proyecto” obviamente es mucho más que pone un cuerpo técnico preparado. Significa montar toda una estructura para mejorar el fútbol argentino en todos sus aspectos y, por consecuencia, el seleccionado. En el mismo también deben estar incluidos los clubes que conforman la AFA, aquellos que forman puertas adentro a los futbolistas del mañana, y entender que los resultados pueden que no se consigan de inmediato. Pero hay que marcar un camino para volver a ser, de verdad, una potencia.
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