“La maternidad cambió mi vida y mi cuerpo”
Edición Impresa | 1 de Agosto de 2019 | 03:50

Sabrina Ameghino no para de recibir mensajes y felicitaciones por la actuación que cumplió en los Juegos de Lima 2019. “El teléfono me explota. Jamás me imaginé que iba alcanzar semejante magnitud y repercusión”, comenta la palista del Club Náutico Ensenada.
Con la medalla dorada que obtuvo en la prueba del K1 200 metros de canotaje de velocidad, Ameghino sumó la novena presea en su quinta presentación en un Juego Panamericano alcanzando el “récord” que tiene el ciclista Walter Pérez.
Claro que Sabrina, al margen de cualquier medalla o éxito deportivo, vive para su hija. “Es lo más hermoso que me pasó en mi vida. Para mí, Vera en todo y hoy agradezco el hecho de haber sido una mamá joven (tenía 24 años) y no lo cambiaría por nada, ya que con ella somos recompinches”, resaltó Ameghino, que cada vez que nombra a su hija sus ojos se humedecen y por ahí se le escapa una lágrima.
Sabrina comparte con Vera (el 5 de septiembre estará cumpliendo 15 años) desde los entrenamientos en el arroyo Doña Flora -donde tiene la escuelita de canotaje- hasta “producirse” para ir a una fiesta. “Es un sol y la verdad es que lo más lindo que me pasó en la vida y si tuviera que darle un consejo a una mujer que quiere ser mamá, que no postergue nada, porque la maternidad es lo más hermoso que le puede pasar. En mi caso ninguna medalla lo va a superar”.
Ameghino con el resto de la delegación argentina de canotaje, que tantas alegrías se encargó de darle a nuestro país en el Panamericano de Lima, estará partiendo directamente desde Perú hacía a Europa para competir en el Campeonato Mundial, que se realizará en Hungría desde el 21 al 25 de agosto.
Al ser consultada sobre la medalla dorada conseguida el pasado martes, Ameghino respondió que “es lo que siempre busqué a lo largo de mi carrera. En mi caso la estaba buscando hace dos décadas, desde Winnipeg 1999, pero tiene su significado que se conjuga en el sacrificio, el entrenamiento, dejar de lado a la familia, cuidarme mucho en comidas, la gente que ayuda, la familia tolerando días de alegría y otros de tristeza. Como también cosas lindas que pasaron en el medio”.
Más adelante, Sabrina sigue diciendo que “esto que hacemos nosotros no es salud. El deporte es salud en el caso de correr o hacer zumba tres veces por semana. Algo que te haga bien al cuerpo y que no te rompa. Nosotros ponemos el físico todos los días, nos lesionamos, nos lastimamos, nos recuperamos rápido y volvemos. La realidad detrás de esta medalla hay muchísimo sacrificio”.
Para Sabrina no fue fácil tomar la determinación de volver a la práctica del deporte en alto rendimiento tras ser mamá. “Costó la decisión, por supuesto, pero hubo mucho apoyo por parte de la familia. Mientras ellos barqueen y Vera esté contenida todo se puede hacer”, dijo la palista argentina a lo que añadió que “después de la maternidad noté mi cuerpo era distinto. Estaba más fuerte y resistente. Me sorprendí año a año como las cosas iban mejorando y me sentía cada vez mejor. Vera provocó un cambio en mí a nivel físico que se lo agradezco desde siempre. Me favoreció. Esto es mi vida y lo hago hace 25 años”.
El sueño de ser campeona panamericana ya se concretó. El próximo paso de la “abuela del canotaje” -como cariñosamente la llaman a Sabrina Ameghino- es poder estar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE