Una lograda comedia negra que convoca a la desolación y la sonrisa

Las salas locales recibieron la esperada película de Sebastián Borensztein, con la que Ricardo Darín vuelve al universo Sacheri

Edición Impresa

Por ALEJANDRO CASTAÑEDA

afcastab@gmail.com

LA ODISEA DE LOS GILES, de Sebastián Borensztein.- Estamos a orillas de la debacle del 2001. Un grupo de pueblerinos bien inspirado quiere reabrir una acopiadora de cereales que se fundió. Empiezan a juntar dólares, ignorando lo que se viene. En ese diciembre de terror, dejan los ahorros en el banco, sin imaginarse que los esperan dos villanos: Domingo Cavallo y su corralito; y un gerente y un abogado estafadores ¿Qué hacer? Hay que apelar a la justicia por mano propia, dice otra vez Eduardo Sacheri. Este nuevo relato, como “El secreto de sus ojos”, tiene dosis bien balanceada de policial con simpáticos pincelazos de humor y desolación.

Comedia negra que se sirve de aquella realidad (tan comparable a esta) y no desafina en ninguno de sus rubros. Pueblito del interior, personajes típicos que afortunadamente evitan la parodia, costumbrismo de buena hechura sin exageraciones vecinales, humor ocasional cargado de penurias, buenos secundarios (impecable Carlos Belloso), trama fluida, diálogos con punta y un tono entre socarrón y desesperanzado que de alguna manera colorea las debacles cíclicas y puntuales de un país que siempre parece estar plagiando sus estafas. Hay suspenso, hay vivacidad, hay una trama que garantiza sostenido interés.

Ya no van quedando giles, dice Borensztein. Los habitantes juiciosos, hartos de portarse bien y esperar, apelan a una justicia que bordea la venganza. Sacheri nos dice otra vez que los caminos de la ley son insuficientes ante tantos salteadores que nos van empobreciendo. Y que la justicia, si llega, nunca es tan rigurosa ni tan ecuánime ni tan pronta. Darín, exacto como siempre, se pone la cinta de capitán de un elenco sin fisuras, muy bien marcado y bien elegido. ¿Justicia por mano propia? ¿Venganza de perdedores? Estrenada tres días después de un nuevo temblor que orilló el terremoto, el film, con dólares escondidos, desesperación compartida y estafadores al aire libre, a veces parece, más que una evocación, un pintoresco recordatorio en plena encerrona. (****MUY BUENA)

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE