Con una travesía, apasionados por los cuatri sellaron 9 años abriendo caminos solidarios

Son entusiastas de las motos y los cuatriciclos que completaron 15 entregas benéficas. Creen que la de ayer fue la última expedición

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Hace casi una década Horacio y Karina Ganduglia, dos vecinos platenses, se subieron a un cuatriciclo y comenzaron a abrir caminos a la solidaridad. No tardaron en seguirlos decenas de entusiastas de las motos, los cuatris y las expediciones a campo traviesa. Y así nació “Encuentro Platense”, un grupo solidario que, con raíz local, nuclea a voluntarios de distintas localidades y que, desde su surgimiento, realizó más de quince donaciones a quienes más lo necesitan.

Ayer, en lo que pudo haber sido su última travesía, el grupo encaró otra caravana para llevar donaciones a la localidad de El Peligro.

Se juntaron bien temprano en un predio ubicado en la zona de 82 y 156 en Los Hornos, que alquilaron para tal fin, y pasadas las 10 partieron en misión solidaria.

Una parte de las donaciones las llevaron al merendero “Los Peques de El Peligro”, mientras que una cocina industrial y un freezer fueron donados al comedor de calle88, 16 y 17, de Altos de San Lorenzo, donde asisten más de 250 chicos.

También con parte del dinero recaudado por los propios participantes se realizará un aporte a la ONG Funda Core, la entidad integrada por padres y amigos de niños operados de afecciones cardíacas de la Terapia Intensiva Cardiovascular del Hospital de Niños “Sor María Ludovica”.

Horacio Ganduglia contó a EL DIA que el proyecto nació en 2010, cuando junto a su mujer viajaron a llevar donaciones un hogar de ancianos de Magdalena. Por entonces abrieron una página de Facebook en la que se empezó a sumar gente y fueron tomando forma los distintos proyectos solidarios.

“En la primera travesía llegamos a un colegio de la localidad de Payró, en Magdalena y desde entonces no paramos de ayudar. En muchos de los encuentros que hicimos juntamos más de cien cuatriciclos y motos”, contó. La movida tomó tal magnitud que hasta se comenzó a filmar un documental basado en sus recorridas solidarias. “Hemos llevado muebles, pintado colegios, entregado miles de pañales ... cada voluntario que viene trae una bolsa de alimento y materiales didácticos que después donamos a instituciones”, explicó.

En esta oportunidad entregaron un freezer y una cocina industrial que “nos donó una empresa de capital federal, que eligió nuestro proyecto solidario entre más de 30 postulantes”, señaló. Ambos artefactos cuestan alrededor de $68 mil.

Horacio se emocionó al darse cuenta de que esta donación ayudará a facilitar la labor benéfica que otros realizan a diario: “En el comedor de 88 entre 16 y 17 están cocinando a leña actualmente. Tienen cuatro paredes de material porque vino gente de Australia y les hizo el comedor en el que todas las tardes les dan de comer a 250 familias, que llegan con los tapper. Son todas mujeres que lo hacen a pulmón, cocinando en olla, a leña”, reflejó, sobre el comedor en el que ahora van a tener una cocina industrial y un frezeer.

¿EL ÚLTIMO?

Pero organizar semejante movida solidaria implica un desgaste y Horacio cree que esta pudo haber sido la última travesía: “Soy albañil, tengo 61 años, y si bien todo el mundo quiere que siga adelante a esta labor lleva mucho tiempo y a veces hay que dejar cosas de lado para organizar todo esto. Durante estos años lo hice porque cuando era pibe iba a un colegio rural y recibía ayuda de quienes se acercaban a traer donaciones. Ahora el que ayuda soy yo, eso es lo que me reconforta y trato de devolver un poco de lo que recibí”.

 

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