Una poesía que interpela

El último trabajo del poeta santafesino Roberto Daniel Malatesta lo confirma como un referente de la poesía argentina actual

Edición Impresa

Por SANDRA CORNEJO

“Pescar es un arduo entrenamiento del espíritu” escribe Roberto Daniel Malatesta* en su reciente “Libro del pescador”. Entrenamiento que además abona el oficio de la poesía y realza lo inconmensurable de la naturaleza.

Mediante una textura que tiene mucho del hilo, de la línea que se desliza sobre el río hacia las profundidades del agua, este libro fluye hacia los límites del lenguaje, hacia las márgenes, entre los mundos. Captura imágenes y la parábola del pescador sirve para hablar de la condición de la persona humana y de otras especies en su cotidianeidad. En este libro, el Ser, constituido pescador, es también el poeta y el hijo, y es el errante que a través del silencio y la soledad descubre epifanías.

Malatesta, que en 2004 escribió “Por encima de los techos”, reflejando las dolorosas inundaciones santafesinas de aquella época, ha sido considerado alguna vez un poeta oculto, guardando así, en su poética y en su estilo, cierta familiaridad con Horacio Castillo. Como Castillo, refiere lo sobrecogedor de pertenecer a nuestra especie, su extrañeza, mucho más cuando el entorno es el paisaje. El paisaje y sus criaturas. Así, en “Libro del pescador” el río es “un jardín a la vuelta del mundo”, “un país del planeta agua” y es la materia que contiene la orilla; es el agua que horada la barranca bajo los cimientos de la propia casa; son los peces y sus nombres; los árboles, el verde; es el viento de fondo y el viento del deseo; es la luna, ese otro ser vivo que hiende, implacable, pero acompaña al pescador.

Reflexión y mesura bordean cada poema, por ejemplo en “No ver (II)” expresa: “Nadie ve en lo profundo de las aguas./Al pez que se aproxima nadie ve./Nadie, cuando está a punto de tragarse/el anzuelo. El que pesca/cree en lo que no se ve. A nadie se ha oído/ decir: si no veo no pesco./El pescador ve dentro de sí mismo,/lleva el río consigo”.

En sintonía con el I Ching, que en uno de sus fragmentos sugiere “No tomes a pecho ganancia y pérdida”, este libro - con fotografías de la artista plástica Marisa Malatesta que traduce en imágenes la poesía de su hermano- refleja claramente esa frase e interpela desde una madurez abismada. Anzuelo, tanza, cielo, ave, se convierten para el poeta en “palabras como peces” que le atraviesan el pecho. Pescar, como escribir, es para él, un ejercicio del espíritu que compromete a todo el cuerpo. Una luz que discurre limpia y sin quimeras porque “El pescador auténtico/es el que se vacía de deseo/y pesca como si/no pescara.”

 

Libro del pescador
ROBERTO DANIEL MALATESTA
Editorial: Palabrava
Precio: $ 600

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