Compró una moto y a las horas le pegaron un tiro para robársela en Hernández

Es penitenciario. El disparo le dio en una pierna y está fuera de peligro. Ofrece 10 mil pesos para quien aporte datos de su Honda Tornado

Edición Impresa

Los últimos dos días, Eduardo (29) los pasó “de hospital en hospital”. Luego de ser baleado el domingo pasado en un asalto callejero, primero fue trasladado al sanatorio de Melchor Romero donde le extirparon el proyectil. Ayer, en tanto, se “mudó” al Español para limpiar la herida, remover el vendaje viejo y colocar uno nuevo.

De la moto que le sustrajeron, le dijo a este medio que “nada sé todavía, me llamaron pero al final no era nada concreto”.

El episodio del que fue protagonista involuntario parece sacado de una película de acción. Según el relato del joven, todo comenzó entrada la tarde, “entre las 18.30 y las 19”, mientras él circulaba con la moto que había comprado horas antes -una Honda Tornado- por la avenida 25.

“Iba por 25 hacia 520 y al llegar a la rotonda, doblé a la derecha como yendo para Romero. Apenas pasé unos metros, a la altura del Gauchito Gil, se me apareció una moto Falcon 400 negra con dos pibes”, recordó en diálogo con EL DIA.

Ambos sujetos, conforme aseguró el damnificado, “no tenían casco, se tapaban la cara con gorras”. En medio del rugido de los motores, le gritaron para que detuviera la marcha. Como toda respuesta, Eduardo giró el acelerador.

Entonces comenzó una frenética persecución en la que los dos rodados debieron esquivar un auto a toda velocidad. Y cuando parecía que la víctima lograría escapar de sus perseguidores, sintió “un pinchazo en el muslo izquierdo”. Al girar la cabeza, vio cómo el acompañante lo apuntaba con una pistola calibre 22. El balazo lo sorprendió. De cualquier forma, él siguió con la intención de huir y evitó frenar. Una rápida mirada por sobre el hombro lo terminó disuadiendo de la idea: atrás de los primeros atacantes venían otros cuatro en dos motos, “todas de grande cilindrada”.

A una cuadra de la rotonda de 520 y 31, el hombre tomó la decisión de arrojarse hacia la rambla divisoria y continuó, a duras penas, a pie. Sobre la cinta asfáltica dejó “abandonado” su vehículo, para su desdicha “con toda la documentación”.

“Por suerte”, señaló, “apareció un muchacho en un Fiat 147 que me dio una mano”, lo subió al automóvil y enseguida dieron aviso a las autoridades. Eduardo se quedó “ahí esperando a una ambulancia”, que arribaría unos 20 minutos más tarde. Mientras tanto, declaró ante el móvil policial la secuencia de la que había sido parte.

El joven lamentó lo sucedido y explicó que “la moto la compré ese fin de semana, como una inversión porque pensaba venderla después. Soy penitenciario y sé cómo está la calle, tuve mala suerte”.

Por otro lado, manifestó que “ahora espero que las cámaras que hay en ambas rotondas (520 y 25 y 520 y 31) aporten las imágenes para esclarecer el hecho y detener a los ladrones”. Asimismo, informó que ofrece una recompensa de 10 mil pesos para todo aquel que pueda aportar algún dato concreto.

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE