Se fueron de su casa por unas horas y llegaron los ladrones

Ocurrió en 66, 121 y 122. Las víctimas ya habían sufrido un escruche hace 6 años. Entre otras cosas, les robaron una computadora

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El lunes pasado, un matrimonio se ausentó de su domicilio en el barrio El Mondongo durante seis horas, sin sospechar ni remotamente que a su regreso, ya en horas de la noche, iban a confirmar que habían sido víctimas del segundo escruche en los últimos 6 años.

Se trata de un nuevo episodio de inseguridad en la zona, donde integrantes de la Asamblea Vecinal volvieron a insistir días atrás en su reclamo de mayores medidas de prevención del delito y el traslado de la llamada zona roja, durante un encuentro que mantuvieron con jefes policiales.

Precisamente, los robos a viviendas en ausencia de los dueños (conocidos como “escruches”) constituyen una de las modalidades más denunciadas por quienes residen en ese sector de la Ciudad.

“FUE A LA HORA DE LA SIESTA”

Ayer a la tarde, este diario obtuvo el testimonio de Germán Beloso (37), quien junto a su esposa y el pequeño hijo de los dos viven en la casa “visitada” por los ladrones, en 66 entre 121 y 122. Consultado sobre cómo los intrusos se colaron en su propiedad, explicó que “se treparon a los techos y entraron en la planta alta” de la propiedad, donde viven ellos, “a través de una puerta corrediza que da a una galería que comunica con la cocina”, detalló.

“Con mi mujer nos fuimos a las 14 y volvimos a las 22 (del lunes), pero creemos que el robo fue a la hora de la siesta”, conjeturó el damnificado.

“USARON GUANTES DE LANA”

“Por lo que nos informó el personal que vino de la Policía Científica”, refirió Germán, los delincuentes “usaron guantes de lana, para no dejar huellas”.

Después de revisar los distintos ambientes escaparon con “una billetera que habíamos dejado con 300 pesos, un televisor y una computadora”.

Precisamente esto último fue lo que la pareja más lamentó haber perdido a manos de los intrusos.

En tal sentido, Germán explicó que “es que en la computadora guardábamos algunos archivos sobre material de trabajo”.

Asimismo, citó que junto a su mujer les llamó poderosamente la atención que los escruchantes “nos dejaron abierta la puerta del living comedor. Capaz que lo hicieron para escapar por ahí o quizá intentaron despistar. Por eso no sabemos por dónde se fueron”.

En tanto, recordó que “en el año 2014, para esta época, también nos robaron cuando no estábamos. Y un año antes asaltaron y golpearon a mis abuelos en la planta baja”.

 

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