Experiencia platense en los “mercados mojados” donde se cree que surgió el virus

Son establecimientos donde se venden, entre otros artículos, animales exóticos vivos, que a veces se cocinan en el mismo lugar

Edición Impresa

“Los mercados mojados en China son parte de la cultura. Para los chinos ir al mercado mojado sería como para nosotros ir a la feria. Además son más baratos, es por eso que son inmensamente populares. Siempre están muy concurridos y ahi podés comprar verduras, víboras o perros”.

El que habla es Martín Musaubach, un pianista platense que actualmente vive en Taiwán y que pasó muchos años en China, inclusive en la ciudad de Wuhan, donde actualmente se investiga el surgimiento del nuevo coronavirus, del que se presume podría venir de los murciélagos o de las víboras que se venden en los llamados “mercados mojados”, según dos de las hipótesis más fuertes que se manejan.

La oferta de estos mercados está vinculada a un rasgo de la cultura China, país donde hambrunas históricas forjaron la tradición de comer animales exóticos. Una tradición que actualmente se mantiene en estos establecimientos, donde pueden encontrarse animales como murciélagos o víboras que se venden vivos. De ese tipo de establecimientos surgió también el virus del SARS, procedente de los murciélagos.

“Los mercados mojados están en China y también en Taiwán, donde vivo actualmente, pero yo personalmente los trato de evitar. Mi señora va a veces, pero no compramos carne en esos lugares. Frutas y verduras sí, porque son centros concentradores de muchos productores agrícolas locales. Las frutas y las verduras no sólo son de la mejor calidad, sino que son más baratas. Y esta es una de las características que convierten a ese tipo de mercados en tan populares. En Taiwán hay muchos más control de calidad. En China es todo igual pero con menos controles”, dice el músico platense.

Según Musaubach, “víboras yo he visto en la calle, ya en la primera ciudad china en la que viví. Había jaulas con víboras en venta. Les cortan la cabeza y las cocinan ahí mismo. Y perros también he visto, colgados, ya sin la piel como listos para vender. Pero esto es normal, ya no me llama la atención”.

“Acá todo lo que se puede comer se come. A mí no me impresiona, porque en ese punto son parecidos a nosotros que comemos chinchulines. Andá a decirle a un estadounidense que se coma los intestinos de una vaca a ver qué te dice”, bromea Musaubach.

Los mercados, agrega, “se ven con toda normalidad. Para ellos es como para nosotros ir a la feria” .

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE