Solo y caminando por la ruta 2 apareció el chico al que buscaban por la masacre de Romero

Fue detectado por policías a la altura del kilómetro 68. No se resistió a subir al móvil cuando lo identificaron y habría contado que se dirigía hacia la Costa. El fiscal del caso considera que participó en los asesinatos

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Mientras más de un centenar de policías y especialistas en búsqueda de personas seguían revisando ayer el área rural de Melchor Romero, E.O.H.S el adolescente de 17 años que para el fiscal de la causa es la clave para esclarecer la masacre de la madrugada del 1º de enero, apareció caminando por una de las rutas interurbanas más transitadas del país en estos días.

“Voy para Mar del Plata” le habría dicho a los policías que, alertados por la figura solitaria se detuvieron en el kilómetro 68,5 de la autovía 2, en una zona de barrios cerrados.

Según informaron fuentes de la investigación que se realiza desde que fueron hallados los cuerpos de Alma Manino (5), Graciela Holsbak (54) y Raúl Bravo (54), los policías lo cotejaron con la foto difundida en el registro de menores extraviados y concluyeron que tenían a la pieza clave del caso que conmueve al país.

Eso fue cuando el sol comenzaba a caer y los investigadores policiales estaban a punto de suspender otra jornada de rastrillajes. Tenían la convicción de que el tío de Alma, hijo de Graciela e hijastro de Raúl estaba moviéndose por la zona desde las horas en que, según los peritos las víctimas recibieron cerca de 40 puñaladas en la casa donde el chico convivía con su madre y su padrastro.

El joven fue subido al patrullero y trasladado al destacamento policial de Samborombón, en inmediaciones de la estación de peaje de la autovía.

“Estaba sucio y casi sin ropa, pero en buenas condiciones”, indicó una fuente de la pesquisa. En esas horas circularon versiones según las cuales en un breve diálogo con los policías, el chico “algo dijo” sobre la masacre y esas palabras lo inculparían. Eso fue desmentido más tarde desde tribunales y por la Policía.

No obstante, circuló una imagen sobre el operativo en la que se lo vio en posición de inmovilización, con los brazos detrás del cuerpo. La situación causó malestar en Tribunales. Hasta el momento, el adolescente no estaba con deudas ante la Ley. Solo hasta ese momento.

La estadía en el destacamento fue breve. Hasta allí volaron los jefes policiales a cargo de la pesquisa y la prosecretaria de la fiscalía penal a cargo de Martini (UFI Nº 3), Julieta Simoncelli.

La funcionaria lo escoltó junto con policías en lo que comenzaba a ser el último capítulo de la intervención del fuero penal, con Martini a la cabeza de la instrucción.

Según pudo saber este diario, alrededor de las 22.30 ingresó a la sede de las fiscalías un auto blanco, con vidrios polarizados en los que llegó el chico junto a la escolta de la fiscalía y la Policía. Fue puesto en un consultorio médico donde se lo examinó y más tarde lo recibió el equipo del fiscal. Tras la constatación de quien se trababa y su condición de menor, Martini escribió un adelanto de su hipótesis sobre la masacre que lo sacó de la investigación. Escribió que tiene elementos para sospechar que E. habría tenido participación en el hecho.

Como se trata de un menor, en la misma nota el fiscal declinó su competencia en la causa.

Para entonces, en la UFI Nº 3 ya se había presentado la defensora oficial del fuero Penal Juvenil, Raquel Ponsinibio, interesada por la situación del joven, quien fue alojado en una centro de recepción.

Según indicó una fuente de la Fiscalía, ante la declinación de Martini por considerar que el menor debe ser investigado, ahora se espera por la resolución que adoptará la jueza de Garantías Marcela Garmendia. Si convalida el planteo, la instrucción quedará a cargo de la fiscal de menores Carmen Ibarra.

En ese caso, Ibarra evaluará si, como consideró su colega del fuero penal, hay elementos para indagar al menor y avanzar en la imputación de delitos por el asesinato de sus familiares, en la casa que compartían, durante la madrugada del miércoles pasado.

El fiscal esperaba pruebas entregadas por las pericias sobre la escena del crimen. Entre esas, los tipos de sangre hallados y otras huellas.

Durante los últimos días, se fue robusteciendo la hipótesis de que el joven presuntamente habría actuado solo contra su familia.

Según esa línea, eso habría ocurrido luego de que el chico recibiera el Año Nuevo en la casa de su hermana Melina y su cuñado el “Ruso”, en el barrio La Emilia (177 y 529). Tras la medianoche fue visto en la quema de un muñeco y en una fiesta en la plaza de Romero (171 y 521).

Los cuerpos de las víctimas fueron hallados en medio de una laguna de sangre.

El asesino atacó a Holsbak y Bravo en la habitación, usando el cuchillo como un látigo, pero los mató de un puntazo en el abdomen y el corazón, respectivamente. La nena fue degollada y luego desmembrada por las rodillas. Su cuerpo apareció dentro de una bolsa de consorcio. El asesino también movió el cuerpo de Bravo hacia la cocina.

Los investigadores creen que pretendía descuartizarlos para esconder la evidencia. Eso habría ocurrido por la madrugada. La madre de Alma descubrió el horror cuando, ya desesperaba tiró abajo una puerta y entró a la casa por la noche.

El adolescente estaba en buen estado y dialogó con los policías que lo interceptaron

Tras la revisión médica, E. quedó alojado en un centro de recepción de menores de La Plata

 

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