Un crimen anunciado en un barrio golpeado por la inseguridad

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Hacía 30 años que Rodrigo Alfonso Riveros vivía en su casa de 4 y 495. El albañil, de 56 años, era uno de los vecinos más queridos del barrio. Lo definían como “amable y trabajador”. Por eso, su violento asesinato -sucedido el 3 de agosto último- conmovió a ese sector de Villa Castells, que ya venía sufriendo el embate de la inseguridad. De hecho, Alfonso Riveros fue víctima de varios robos en su domicilio, el mismo en el que fuera hallado sin vida y con signos de haber sido golpeado de forma salvaje.

El cadáver fue descubierto por su hermano, que lo pasó a buscar por la finca para ir juntos hacia una obra. Al notar que no respondía a los llamados decidió ingresar y lo encontró muerto en su cama.

Los frentistas, según le contaron en aquella oportunidad a este diario, venían denunciando una ola de robos en la zona y señalaban a algunos lugareños como victimarios. Además, en julio pasado se realizaron allanamientos con dos detenciones por venta de drogas. Todo, en una casa situada en 4 y 494.

Por ese motivo, los vecinos están seguros de que se trató de un capítulo más de la inseguridad que se vive en el sector.

El lunes 7 de septiembre los familiares de Alfonso Riveros llevaron a cabo una marcha en 7 y 54 para pedir justicia por el crimen por el que todavía no hay detenidos.

“Los asesinos siguen sueltos, queremos que los culpables paguen. Y que ningún vecino pase por algo así”, reclamaron.

 

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