Después de un día de motines, vuelven las visitas a los penales bonaerenses
Edición Impresa | 1 de Noviembre de 2020 | 03:06

Los motines no suelen ser imprevistos como sí pueden serlo sus alcances y consecuencias; se cocinan en causas que se maceran con tiempo. Las protestas que hubo durante la semana en cárceles de Florencio Varela y La Plata reflejaban ya un malestar entre los presos por la suspensión de las visitas presenciales desde marzo, reclamos que se desactivaron momentáneamente con el compromiso de debatirlos en una mesa de diálogo.
Pero se sabe, ese tipo de compromisos no resuelve el problema de fondo, menos en circunstancias como éstas, y el conflicto terminó por estallar ayer desde temprano, con protestas que se multiplicaron en los penales de Melchor Romero, Florencio Varela y Campana, aunque el epicentro fue en las Unidades 46 y 48 de San Martín.
En estas últimas, tres mujeres y cinco hombres celadores fueron tomados de rehenes y liberados horas después, dijeron las fuentes. En algunos videos se vio que los desnudaron y maltrataron. Tanto en Florencio Varela como en San Martín concurrió un juez de garantías y un defensor público.
En La Plata hubo incidentes en las unidades 9 (Villa Elvira); 45 y 10, de Melchor Romero. En esta última los internos subieron a los techos.
Pasadas las 19, las autoridades del gobierno provincial alcanzaron un acuerdo con los representantes de los presos para rehabilitar las visitas presenciales que fueron suspendidas para evitar contagios por el coronavirus.
“El Servicio Penitenciario Bonaerense comunica que el sábado 14 de noviembre se habilitarán las visitas a la Unidades penitenciarias de la Provincia, dando estricto cumplimiento a los protocolos de seguridad sanitaria para la preservación de la salud publica”, informaron.
Esa es la decisión que se tomó luego de intensas gestiones para ponerle fin a las violentas protestas que se iniciaron en varias de las instalaciones carcelarias, las que se replicaron por redes sociales a través de los videos que los internos filmaron con los celulares que les entregaron para mantener el contacto con sus familiares.
Los incidentes trajeron a la memoria los levantamientos que protagonizaron a principios de año para reclamar liberaciones por la pandemia.
Para ponerle fin a los motines, representantes del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, del Servicio Penitenciario y del Ministerio de Salud de la Provincia iniciaron una negociación con referentes de los detenidos para elaborar un protocolo de bioseguridad.
Según resaltaron, la prioridad fue que ese manual de procedimientos se adapte “al contexto de encierro para enfrentar los requerimientos preventivos de la pandemia a partir de la reanudación de visitas”.
El primer acercamiento se consiguió en la unidad 21 de Campana, donde se definió incluso un cronograma que se pondrá en práctica en los próximos días y que establece el orden de los pabellones y los lugares que se utilizarán para el encuentro con familiares y allegados.
Establece el protocolo que los visitantes no podrán ser menores de 18 años ni mayores de 60 y que no podrán ingresar a la unidad penal mujeres embarazadas ni otras personas que integren el grupo de riesgo ante el coronavirus.
En las instalaciones se acondicionará las zonas de visitas para que dispongan de todas las medidas sanitarias necesarias para evitar contagios. Por otro lado, si alguno de los visitantes presenta síntomas de la enfermedad, no podrá ingresar al establecimiento.
En principio, las visitas serían desde las próximas semanas como prueba piloto con protocolos y cupos.
Sin embargo, cuando ese diálogo estaba avanzando comenzaron a pedir la morigeración de las penas, por lo que hubo un compromiso de trasladar ese reclamo a los juzgados correspondientes.
sábado de súper acción
“El bondi es porque el Ministerio de Salud no puso el gancho por las visitas y nos habían dicho que íbamos a tener mañana las visitas. El otro bondi es por los informes y las salidas transitorias”, justificó en un audio de WhatsApp uno de los presos que participó de la protesta.
Como viene sucediendo en este tipo de conflictos desde hace tiempo, los motines se fueron replicando a la velocidad con la que se viralizaba el material que los propios reclusos producían con sus teléfonos.
Las imágenes eran las de siempre: internos subidos a los techos con cuchillas y facas, colchones quemados y rejas abiertas de los calabozos para protestar porque las visitas seguían suspendidas a pesar de que, dicen, les habían prometido reanudarlas este fin de semana.
En La Plata, los incidentes más serios ocurrieron en la Unidad 10 , en Romero, donde unos 50 internos tomaron los techos del penal.
Personal policial realizó un perímetro con móviles del Comando de Patrullas en los alrededores de la cárcel, para evitar conflictos una vez que se acercaran los familiares de los presos. También le comunicaron la novedad al fiscal Juan Menucci. “Esto es pacífico, acá no hay quilombo. Estamos reclamando los beneficios que nos corresponden”, dijo uno de los presos que se grabó con su celular.
El reclamo de levantar la suspensión de las visitas detonó con la decisión del Servicio Penitenciario Federal de reanudarlas en las cárceles de Marcos Paz, Ezeiza y Villa Devoto el domingo en que se celebró el Día de la Madre, novedad que repercutió fuerte en la Provincia. Voceros oficiales lo reconocieron, aunque no sin resaltar que “las circunstancias son muy distintas”, sobre todo porque en el Servicio Penitenciaro Federal “no tienen la superpoblación de los penales bonaerenses”.
Según fuentes oficiales, desde que se desató la pandemia en la Argentina se murieron 25 presos alojados en cárceles bonaerenses. El lunes pasado hubo una protesta violenta en la Unidad 42 de Florencio Varela donde los internos exigían el regreso de las visitas de sus familias. Y el miércoles la situación se replicó en la 9 de Villa Elvira, donde los presos amagaron con iniciar una huelga de hambre.
“Luego de un evento violento ocurrido a principios de esa semana en la Unidad 42 de Florencio Varela, Xavier Areses (jefe del Servicio Penitenciario Bonaerense) emitió la orden, sin consultar con el Ministerio de Salud sin pedir el aval del Ministerio de Justicia y Derechos Humanos, para que todos los jefes de las unidades autorizaran las visitas a partir de mañana, sábado 31 de octubre. Todes les preses (SIC) fueron notificados y miles de familiares gastaron todo el dinero del mes en viajar desde toda la provincia para reencontrarse con sus familiares a partir de mañana. Para un marginal, un viaje de este tipo, luego de ocho meses sin contacto, implica, en costos económicos, lo mismo que para una persona de clase media un viaje a Japón. De hecho en estos momentos, miles de familias con mujeres y niños, están durmiendo con mantas en las puertas de los penales, para ingresar temprano”, sostuvo en su cuenta de Facebook Alberto Sarlo, docente de Filosofía y profesor de boxeo en la Unidad 23 de Florencio Varela. Desde el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos bonaerense, a cargo de Julio Alak, desmintieron que haya existido tal promesa, sobre todo porque decisiones como ésta se toman de manera coordinada con los ministerios de Salud y Justicia y Derechos Humanos: “En las mesas de diálogo se les informó que iban a analizar la situación y avanzar en un protocolo”, aclararon los voceros.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE