En el Sáhara, la batalla es la del relato
Edición Impresa | 17 de Noviembre de 2020 | 03:46

La actual contienda en el Sáhara Occidental, que no está claro si merece el nombre de guerra, es un típico conflicto contemporáneo, muy del siglo XXI, donde lo que se dirime no son hechos de armas -hasta ahora escasos- sino la batalla por el relato.
Comenzando por su definición, el Frente Polisario proclamó solemnemente una “declaración de guerra”, una palabra que Marruecos no ha utilizado en ningún momento, minimizando los hechos hasta el punto de calificarlos de meros “hostigamientos” o “provocaciones”.
Ni siquiera Marruecos ha reconocido formalmente que está roto el alto el fuego vigente desde 1991, y ayer mismo el ministro marroquí de Exteriores, Naser Burita, expresó “el compromiso de su país con el alto el fuego”, en conversación con Josep Borrell, alto representante para la Política Exterior de la UE.
La verdad de lo que sucede en el “frente de combate” está resultando escurridiza, pues las versiones que uno y otro contendiente ofrecen no presentan casi puntos de coincidencia.
En sus tres “partes de guerra” el ministerio de Defensa de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) afirma haber atacado varias bases marroquíes o puestos de observación (seis durante el domingo), pero Marruecos solo ha reconocido dos ataques en los que ha habido intercambio de fuego: en Guerguerat, el viernes, y en Mahbés, en algún momento posterior.
Los partes de guerra saharauis hablan además de “varios muertos, heridos y deserciones” del lado enemigo, a lo que los marroquíes replican que no han sufrido “ni pérdidas materiales ni humanas”.
Y es que en una batalla por el relato del siglo XXI, todos se arrogan el derecho a opinar o atacar. Basta con tener un teléfono celular. (EFE)
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