Otra larga fila reflejó las dificultades para los que buscan trabajo en la Región
Edición Impresa | 19 de Noviembre de 2020 | 03:02

La falta de trabajo golpea fuerte en la Ciudad. Y cada oportunidad laboral lo expone con crudeza. Ayer se sumó otro eslabón a la penosa cadena. Una extensa fila de candidatos se presentó para cubrir vacantes en dos conocidos bares de la zona de 44 y 17. La fila, durante varias horas, superó los 100 metros.
Varios meses sin conseguir trabajo, sin generar ingresos en sus hogares y con la incertidumbre de no saber cómo van a seguir adelante son algunas de las duras realidades comunes de la mayoría de los platenses que buscan vertiginosamente sumarse al mercado laboral.
Mauricio, un platense de 45 años que se hizo eco de los avisos que circularon en las redes sociales, contó en diálogo con este medio que “desde antes de la pandemia estoy sin trabajo, y con la cuarentena fue todavía más complicado. Me la rebuscaba en lavaderos de auto y tengo algo de experiencia en casa de empanadas”.
Erica, de 40 años, relató que “un montón de gente que sabe que estoy buscando trabajo y que me dedico a la cocina, me avisó por WhatsApp”. Con la esperanza de encontrar un empleo para revertir su situación y sustentarse en el día a día en la convivencia con sus dos hijos menores de edad, recordó la triste experiencia que le toco vivir en cuarentena: “Me despidieron en la casa de pastas donde estaba, por un mensaje de WhatsApp me dijeron que ya no me necesitaban. Fue bastante feo, bastante complicado. Tengo otro trabajo por la mañana pero no alcanza, no es suficiente”, señaló.
Juan Pablo, de 40 años, quien se acercó a dejar su currículum tras leer el aviso en Facebook, se mostró esperanzado debido a su experiencia en el rubro gastronómico. “Vamos a ver si podemos conseguir algo. Yo era mozo, trabajaba en negro antes de la pandemia, pero después me quedé en la nada. Me mantiene mi señora que es maestra. Con el sueldo de ella hacemos lo posible para convivir”, dijo.
La falta de empleo preocupa también a los más jóvenes, que fueron los que coparon en gran parte la fila que se formó en 44 y 17. Jesual, de 24 años, aseguró que “desde que arrancó la cuarentena me quedé sin laburo, trabajaba en una casa de empanadas, pero fue lo último que hice. Ahora estoy en la lona. Era una mini-pyme, el trabajo empezó a escasear y tuvieron que hacer espacio. Lo último que se pierde es la esperanza. Tuve experiencia en los puestos de mozo o en cocina. Está cada vez más difícil, si no tengo laburo no se qué voy a hacer”.
Las convocatorias para cubrir puestos de trabajo en locales comerciales en La Plata, sobre todo en el rubro gastronómico, han reflejado por un lado el comienzo de lo que puede ser un repunte para el castigado sector, pero por otra parte ha puesto en evidencia el coletazo de la desocupación que dejó el prolongado parate y que alcanza sobre todo a los jóvenes.
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