Pudo haberlo ganado, lo terminó empatando y de milagro no lo perdió

Resulta difícil de explicar una vez más lo de Gimnasia, que deja escapar puntos como quien va regalando caramelos por la calle. Con Vélez, dejó escapar dos, ante Huracán uno... ¿y ayer con Patronato? Tuvo todo para ganarlo y no lo hizo, apenas empató 0-0 y su clasificación en la Zona quedó comprometida. Ayer en Paraná debió haberlo ganado, por que si bien fue el partido más flojo en esta Copa de la Liga (desde lo colectivo y en individualidades), hizo los méritos suficientes como para traerse los tres puntos.

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Tuvo situaciones claras de gol que no pudo (ni supo) resolver. Jugó poco más de 60 minutos con un hombre más (en el local se fue expulsado Marín) y nunca se notó en el campo de juego. Pero lo más grave es que casi se vuelve con las manos vacías de no ser por Leonardo Morales que salvó un gol hecho de los rojinegros.

La decisión del Gallego Méndez de poner como punta a Eric Ramírez no había empezado para nada mal. La Perla es rápido, tiene el arco entre ceja y ceja, juega y hace jugar. Por eso en las acciones de ataque siempre participó.

En la primera, tras un centro desde la derecha, Ramírez se anticipó a Chimino y forcejeando y a la carrera, su remate se terminó elevando mucho.

En la jugada siguiente, Ramírez como un enganche habilitó a Carbonero. Perfecto pase en cortada para el colombiano que picó, se metió al área, dejó en el camino a Daniel Sappa, pero se abrió mucho y le pegó muy exigido, igualmente el balón dio en la parte de afuera de la base del poste y salió.

El Lobo iba por derecha con Carbonero y por izquierda con Matías García. Justamente el “diez” Mens Sana en un ataque como puntero izquierdo, sacó un centro fuerte, rasante que descolocó a todos, Ramírez la fue a buscar apareado con un defensor local, puso el pie pero la pelota otra vez se elevó. Como la primera, delante del arco.

Gimnasia era más. Estas tres jugadas detalladas fueron en los 10 minutos iniciales. Parecía que el gol albiazul iba a llegar en cualquier momento por que los de Paraná, no reaccionaban.

Pero no fue así. El buen juego del Lobo se fue desluciendo con el correr de los minutos, y así Patronato se fue animando un poco. Igualmente, el partido se fue haciendo feo, friccionado. Ambos en la mitad de la cancha se mostraban imprecisos.

El cronómetro marcaba 20 minutos y en los arcos no pasaba nada. Los de Méndez ya no eran los del principio, y los de Gustavo Alvarez tímidamente intentaban algo pero rebotaban contra la dupla central Goltz y Coronel.

El partido se sacudió con una patada de atrás de Marín a Ramírez en la mitad de cancha. El árbitro cobró falta y le mostró la tarjeta roja al futbolista rojinegro. Gimnasia quedaba con uno más, pero la verdad, nunca se notó esa diferencia en el campo de juego.

Paradela que había arrancado bien, desapareció, y el Lobo equivocó el camino. Abusó de atacar por izquierda y Caco García ganó y perdió con Chimino. Mientras tanto, por derecha Carbonero dejó de participar y fue un error. Solo un par de escaladas de Leonardo Morales y nada más.

El partido se emparejó para abajo. Patronato no supo como llegar, y daba la sensación que si aceleraba un poco, Gimnasia podía desnivelar, pero al mismo tiempo le faltaba decisión. Por eso se fueron al descanso empatado 0-0.

Y el complemento pareció una continuidad de la etapa inicial. En ninguno de los dos hubo alguien que aporte claridad al juego. Por eso Méndez hizo un doble cambio buscando juego que ya no tenía y algo más de profundidad. Adentro Barrios y Pérez García, afuera Mancilla y Paradela.

Patronato se reacomodó al tener uno menos. El ex albiazul Miloc dejó la mitad de la cancha y bajó para ubicarse en la zaga. Gustavo Alvarez empezó a mover el banco también y puso a Fernando Luna que se mostró movedizo. A todo esto, nunca se notó que Gimnasia jugaba con un hombre más.

Recién sobre los 19 minutos el Lobo pudo volver a poner en aprietos a Pepi Sappa. Centro de Morales desde la derecha, Carbonero se adelantó a Negro y sacó un potente cabezazo que encontró bien parado al golero local. Un par de minutos después, el paraguayo Ayala probó con un remate desde lejos a Sappa que volvió a responder con seguridad.

A 10 minutos del final, pareció que el Lobo se animó de nuevo y empezó a inclinar la cancha. Se jugó en terreno local, pero el elenco platense no estuvo fino. Ramírez, jugando ahora por afuera ante el ingreso de Lucas Barrios, volvió a probar las manos de Sappa que rechazó para un costado. Mientras tanto, Barrios en el corazón del área estaba errático, y así volvió a mostrar una pálida tarea.

Gimnasia fue con ganas pero sin ideas, y casi lo pierde. A los 44 minutos lo tuvo el Patrón. Ni Paolo Goltz ni Leonardo Morales llegaron a una pelota en la mitad de la cancha, pero si llegó Germán Rivero que tras hacerse del balón encaró hacia el arco Tripero. Salió desesperado, lejos y mal Fatura Broun que quedó en el camino. Era gol de Patronato por que estaba el arco solo. Rivero ingresó el área grande, por el centro lo acompañaba Luna habilitado, pero antes de que el jugador empujara al gol o le hiciera el pase a su compañero, de atrás apareció Leo Morales que nunca dejó de correr y tirándose a los pies, se jugó la vida y la sacó al córner. Salvada milagrosa e increíble del lateral gimnasista, por que era la derrota para los platenses.

La imagen de la impotencia de Gimnasia fueron los excesivos remates de Ayala desde cualquier lado, esta vez, todos muy desviados. Pero los Mens Sana tendrían una más. Sobre los 48 minutos rápido contragolpe que encabezó Carbonero, que en lugar de patear al arco eligió sacar un centro rasante que no llegó a conectar el Tanque Contín (que había ingresado minutos antes) por el segundo palo.

Así se le fue el partido a Gimnasia. Como ante Vélez y Huracán, ahora con Patronato, último lejos en la tabla, volvió a dejar escapar inmejorables chances de ganar. Así, solo, solito y solo, el Lobo se complicó, y pareciera que el peor rival de Gimnasia, sigue siendo Gimnasia mismo.