Grinbank: “Hay un sector agonizando, es la crónica de una muerte anunciada”
Edición Impresa | 17 de Diciembre de 2020 | 06:24

“No estamos cuestionando lo genuino del derecho, lo que decimos es que tiene que haber un tope. Hay un sector agonizando, es la crónica de una muerte anunciada. ¿Qué hacemos? ¿Lo dejamos morir o nos ponemos creativos con los sectores produciendo una nueva realidad?”.
El reclamo tiene nombre y apellido: Daniel Grinbank, un hombre de peso en la promoción de eventos nacionales e internacionales en el país, y quien alzó la voz del rubro contra los gravámenes que cobran las sociedades de gestión de derechos de autor por espectáculos, fijado actualmente en un 15 por ciento, lo que supone “un 50 por ciento más alto” a lo que se abona en los países con las tasas más altas.
En diálogo con Télam, el empresario remarcó que la organización de un recital con aforo reducido implica un nivel de gastos similar o incluso mayor al de un concierto con estadio completo, debido a que no se modifican los costos del montaje del escenario, sonido, luces y servicios destinados al público, entre otras cosas; lo que evidencia aún más el carácter distorsivo del porcentaje del gravamen que, para él, debería ser de no más del 10 %.
En este marco, la Asociación Argentina de Empresarios Teatrales y Musicales (Aadet), de la que forma parte, elevó este reclamo al Ministerio de Cultura de la Nación, en donde es estudiado. También se envió la propuesta a la cartera de Producción, debido a que atañe a lo referido a un número importante de puestos de trabajo.
El pago de este 15 por ciento está conformado por una cuota del 12 por ciento para la Sociedad Argentina de Autores y Compositores (Sadaic), uno por ciento para la Asociación Argentina de Intérpretes (Aadi Capif) y dos por ciento para Directores Argentinos Cinematográficos (DAC).
Un cuadro comparativo demuestra que la tasa por derechos de autor no excede el diez por ciento en los países en donde más caro se paga, que son Uruguay y España; en tanto que en países como Brasil y Estados Unidos no supera el cinco por ciento.
“Se trata de que se entienda la nueva realidad y que las sociedades de gestión entiendan que el mundo ya no va a ser como era y hay que adaptarse a que usos y costumbres que existían en épocas de abundancia ya no existen mas. Un porcentaje más chico de algo siempre va a ser más alto que un porcentaje muy alto de nada. Cualquier cosa que multipliques por cero, da cero”, describió Grinbank.
“Yo hice un ejercicio con aforo reducido en el Estadio de La Plata, con 9.000 personas en vez de las 45.000 que podrían entrar, y los gastos necesarios son los mismos o mayores, por la nueva normativa para mantener la distancia social y la higiene. Esto hace que la actividad sea inviable. Lo que paga de gravámenes hace que todo sea un sándwich nefasto porque la utilidad del artista y del empresario surge de la diferencia de los costos móviles y los fijos. Lo que estamos pidiendo encarecidamente es que haya un tope que no supere el diez por ciento, lo que nos pondría en igualdad de condiciones con los países más caros del mundo”, sumó el empresario.
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