Se deben acentuar los controles preventivos en el uso de pirotecnia

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Si bien es cierto que en los últimos años se vinieron acentuando distintos controles por parte de organismos oficiales para regular el uso de la pirotecnia, fijándose requisitos destinados a reducir los peligros propios de la manipulación de los llamados fuegos de artificio, es verdad también que el Covid-19 llegado en marzo de este año y convertido en pandemia mundial condiciona aún más, por el tema de la circulación social, un panorama que, a pesar de la cercanía de las fiestas, no deja vislumbrar aún cuáles serán los verdaderos alcances.

Bien se conoce que los fuegos artificiales, además de su valor recreativo, suelen ser causantes por su mal manejo de episodios trágicos o que derivan en desenlaces muy graves y que ello obliga a las autoridades y a la sociedad a a mantener en alto todas las prevenciones.

En las últimas horas una concejal oficialista presentó en el Concejo Deliberante platense un proyecto de ordenanza que propone prohibir la venta y el uso de artículos de pirotecnia de estruendo o sonoros, incluso en espectáculos organizados por el Departamento Ejecutivo Municipal.

Entre los argumentos que dan base al proyecto se alude al “enorme efecto negativo que la pirotecnia sonora produce en pacientes cardíacos y en personas con Síndrome de Down, Asperger, Autismo, Alzheimer y discapacidades cognitivas o neurológicas que no comprenden la causa de explosiones, además de los bebés y niños, que tienen una mayor sensibilidad auditiva”, añadiéndose referencias sobre los daños que también sufren los animales.

La iniciativa, sin embargo, incluso si fuera aprobada, recién entraría en eventual vigencia luego de las fiestas venideras, es decir a lo largo de 2021. Pero conviene señalar que el texto impulsado se adscribe al evidente avance legislativo, jurisprudencial y social que se viene consolidando en los últimos años en torno a restringir el uso de la pirotecnia.

También se sabe que en la Municipalidad sigue vigente la inscripción para erigir los muñecos de fin de año, fijándose allí las condiciones de seguridad para todos aquellos que quieran fabricar los enormes “momos” y protagonizar así en la habitual celebración que es característica de nuestra ciudad.

Los datos de la realidad aconsejan a las autoridades a intensificar aquellas campañas de concientización que buscan alertar sobre los peligros que encierra el manejo de la pirotecnia, especialmente entre los menores de edad.

Se vuelve necesario, a través de esa difusión, ir generando una creciente instalación de conciencia preventiva del tema en la sociedad, hasta lograr que se asuma, en forma generalizada, que en el uso de estos productos debe prevalecer una extrema prudencia. Las campañas deberán apuntar a que la sociedad asuma la importancia de festejar sin excesos, con sumo cuidado en la utilización de la pirotecnia y, fundamentalmente, no permitir que ésta sea manipulada por menores.

Desde ya que, además de esas campañas de generación de una conciencia preventiva en la población, sea imprescindible restringir al máximo la autorización de fabricación de estos productos a partir de su capacidad lesiva, y realizar cada vez más rigurosos controles sobre su venta.

 

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