“La madre del blues”: un estreno con aroma a Oscar
Edición Impresa | 18 de Diciembre de 2020 | 05:15

“La madre del blues”, que se estrena hoy en Netflix, es una de las grandes apuestas del gigante on demand para la temporada de premios en Hollywood. Adaptación de una obra del emblemático dramaturgo afroamericano August Wilson (1945-2005), tiene varios condimentos especiales, uno de los más salientes es el hecho de que supuso la última actuación de Chadwick Boseman, la estrella de “Black Panther” (2018) que murió el pasado agosto a los 43 años debido a un cáncer, y el otro es el largo historia que Viola Davis -la protagonista- tiene Wilson, un autor que ha marcado su exitosa carrera. Los dos actores, además, ya suenan como grandes candidatos al Oscar.
Bajo la dirección de George C. Wolfe (”Nights in Rodanthe”, 2008) y con Denzel Washington entre sus productores, esta película, se centra en una explosiva e incandescente sesión de grabación en la década de 1920 de Ma Rainey (Davis), una pionera cantante conocida como “la madre del blues”.
Con un aire claramente teatral y fiando gran parte de sus bazas al talento de Davis y Boseman, la película explora el racismo perenne de la sociedad estadounidense y lo conecta con la enorme y paradójica influencia que tuvieron los artistas afroamericanos en el desarrollo de la música popular en el siglo XX.
Como a muchos de los involucrados en la realización de “La madre del blues”, a Viola Davis le cuesta encontrar las palabras para resumir lo que el dramaturgo August Wilson significa para ella. “Todo”’, dice.
El primer papel de Davis en el teatro fue en “Joe Turner ‘s Come and Gone’’ de Wilson. Su debut en Broadway fue en otra de sus obras, “Seven Guitars’’, y ganó un premio Tony por otra, “King Hedley II’’. Luego de interpretar a Rose en Broadway en una puesta de “Fences’’ de Wilson, repitió el papel en la película homónima de Denzel Washington de 2016 y fue galardonada con un Oscar.
Más que nada, como estudiante de actuación, halló una nueva luz en Wilson, considerado uno de los grandes dramaturgos junto a Arthur Miller, Eugene O’Neill, Shakespeare.
“Una siempre trata de encajar en estos papeles, de hacer que alguien más te vea en estos papeles, transformándote - en tu cabeza- en una mujer blanca’’, dice Davis. “Con August no tenía que hacer eso. Estos papeles son una parte muy importante de mi vida. No es tratar de hacer que un cuadrado encaje en un hoyo circular; es algo que absolutamente me habla, que no tengo que luchar para encarnar. Sigue conllevando un enorme trabajo y destreza, pero no siento que tengo que cambiar el lienzo de quién soy. Él es nuestro dramaturgo. Nos pertenece’’.
Pese al título, el personaje principal y fundamental es el de Levee (Chadwick Boseman), un ambicioso trompetista con una visión más moderna para la música de Rainey y grandes sueños de hacerse un nombre por sí mismo. Boseman lo encarna como una figura dolorosamente trágica, un hombre asediado por los traumas de la esclavitud que intenta trazarse un mejor futuro. En ese sentido, representa las luchas de hace 100 años y también las de hoy.
La película está dedicada a Boseman, quien murió de cáncer de colon. Ninguno de sus compañeros del filme, que se rodó el año pasado en Pittsburgh, sabía que estaba enfermo. Eso sólo amplió la admiración de todos.
“El legado de Chadwick Boseman es el arte puro y transformador”, lo elogió su compañera.
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