El precio de la carne preocupa a ambos lados del mostrador: ¿bajará en enero?

Acumula una suba por encima del 50% interanual. Por factores estacionales este mes aumentó 25%. En el sector hay quienes prevén que tras las fiestas podrían retroceder los precios. Los carniceros, en cambio, dudan que pase

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En los días previos a las fiestas, las miradas de los consumidores de carne fueron más a los carteles con los precios que a los cortes exhibidos en las heladeras, es que los aumentos no frenaron y principalmente se sintieron en las piezas de mayor consumo para estas fechas. Sin embargo, desde el sector se especula con que en el primer mes del 2021 se produzca un retroceso parcial de los precios.

Este año el aumento interanual de la carne vacuna fue superior al 50 por ciento con un salto en las últimas semanas en torno del 25 por ciento, pero podría retrotraerse entre un 10 por ciento y 15 por ciento a partir del año que viene, según cálculos del presidente de la Cámara de la Industria y Comercio de Carnes (Ciccra), Miguel Schiariti.

El dirigente empresario estimó que el aumento de la carne se ubicará al cierre del año en un 52 o 53 por ciento, y calculó que la suba de las últimas semanas fue en torno del 25 o 30 por ciento, lo que llevó a que el asado pasara de $350 o $400 a $600 por kilo en algunos comercios.

En La Plata el carnicero Carlos Marchan, con muchos años en el oficio, no cree que la carne baje mucho y espera que el año que viene el precio encuentre una estabilidad. “El aumento no tiene un parámetro y tal vez llegue a estabilizarse porque la gente no va a poder comer carne con esos valores”, sostuvo el comerciante.

A su juicio, en los últimos 20 días se registraron aumentos abusivos por parte de los frigoríficos y en algunas carnicerías, “los cortes que se venden para las fiestas o bajan o no van a tener a quién vendérselos porque fueron de gran demanda por esas fechas”, agregó Marchán.

Luis, carnicero de la zona de Plaza Azcuénaga, también opinó que a los frigoríficos “se les fue la mano” con el aumento que aplicaron para las fiestas. “La gente la está peleando mucho para poder reunirse, hacen un esfuerzo, pero en enero se va a notar que no hay dinero, no aumentaron los sueldos, muchos perdieron su trabajo y yo creo que a la larga la carne va a tener que bajar porque va a caer el consumo”, aseguró ante la consulta de EL DIA.

Más expectante se mostró Carlos Riusech, CEO de Frigorífico Gorina, quien analizó que hay factores que pueden llevar a nuevos aumentos y otros a que baje el precio de la carne. “Estacionalmente los precios debiesen bajar al pasar la demanda de fiestas”, dijo.

No obstante el empresario también contempló el hecho de que hay productores que no venden a fin de año por el cierre fiscal. También impulsa la demanda que muy poca gente viajará al exterior y puede incidir en el precio el costo del maíz que se utiliza para los feedlots y está muy caro.

En tanto Schiariti sostuvo que en las próximas semanas, el fuerte incremento podría retroceder entre un 10 por ciento y 15 por ciento, básicamente, porque los consumidores no podrán convalidar tal suba.

“La venta ya se endureció porque los precios saltaron de $350 o $400 a $600 el kilo de asado y la gente dijo ‘no, pará’. Me da la sensación de que el deseo le ganó al bolsillo flaco, pero a partir del primero de enero, el bolsillo flaco le va a ganar al deseo. En enero, los precios, a mi juicio, se van a retrotraer entre un 10 por ciento y un 15 por ciento. No se van a convalidar en estos valores, del 30 por ciento de aumento se va a convalidar un 15 por ciento o 20 por ciento”, explicó el titular de Ciccra.

Como informó EL DIA en otras oportunidades, Schiariti sostuvo que el incremento en los precios “no es caprichoso”, sino que es consecuencia de una menor oferta de animales, los desequilibrios macroeconómicos y la suba en los costos.

Según el empresario, en marzo los terneros de destete se vendían los feedlots a $100 y $105 el kilo, pero debido a “la emisión monetaria más grande y las disparadas del dólar, ningún productor que hubiese vendido una jaula de animales gordos quería quedarse con la plata”.

“Estaban desesperados por mantener el valor de ese dinero y tomó al ternero como refugio de valor. Ahí pasó a $170 o $190 el kilo vivo”, indicó el dirigente.

Esto supuso problemas para los feedlots, ya que con la suba de precios empezaron a “achicarse los márgenes hasta que empezaron a perder”, y eso generó una menor reposición de terneros ya que “vendía tres animales terminados e ingresaba (al corral) sólo uno”.

A este panorama se le sumó el aumento exponencial del precio de los granos que sirven de alimento para el animal, que pasaron, en el caso de la soja, “de US$ 300 hace un año a US$ 440 la tonelada hoy”, lo que motivó que los productores decidan terminar los vacunos a pasto, ralentizando el proceso de engorde, por lo que “empezó a faltar hacienda terminada”.

Además creció la demanda por parte del sector gastronómico tras la apertura de los locales, y una postergación de ventas de animales por parte de algunos productores por la finalización del año fiscal.

A partir de este movimiento de precios, el Gobierno nacional avanzó con una serie de iniciativas consensuadas con el sector privado para ofrecer cortes de carne a precios accesibles.

Uno de ellos fue el acuerdo cerrado con el Consorcio de Exportadores de Carne (ABC), por el cual se ofrecieron en 1.600 bocas de expendio asado, matambre y vacío a valores más baratos que el promedio del mercado para las Fiestas Navideñas.

Asimismo, los Ministerios de Desarrollo Productivo y de Agricultura, Ganadería y Pesca trabajan para alcanzar un acuerdo con dicha cámara, que contempla ofrecer el año próximo entre diez y doce cortes de carne a precios accesibles en todo el país.

Esas carteras convocarán en los próximos días a una reunión con los frigoríficos, para avanzar en los lineamientos del acuerdo. En la primera semana de enero se trabajaría en un acuerdo que contemplaría no sólo cortes de parrilla, sino que incluirá también algún corte de olla y alguna pulpa.

Precio de otras carnes

Según el presidente del Centro de Empresas Procesadoras Avícolas (CEPA), Roberto Domenech, el precio del kilo de pollo entero se ubica, según los diferentes comercios, entre $150 y $180, y la actualización de los valores fueron menores a la inflación por una cuestión de “sobreoferta”.

Durante el año el pollo salido de establecimiento pasó de $80 a $110 por kilo, dando un 34 por ciento de aumento, mientras que al público tuvo una variación del 32,8 por ciento a noviembre según el IPCVA.

A partir del aumento en el costo de los alimentos para animales, se ve como “inevitable” un ajuste en los precios el próximo año, ya que “es totalmente distorsivo el aumento del maíz”, se informó.

En cuanto a la carne de cerdo el especialista y consultor Juan Uccelli indicó que el precio al consumidor cerrara 2020 con un alza del 36 por ciento, cuando el aumento del animal en pie fue del 56 por ciento.

 

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