Creyeron que faltaba al trabajo, pero estaba enterrado allí mismo

Edición Impresa

El cuerpo de un hombre de 60 años que había sido asesinado de un golpe en la cabeza fue encontrado enterrado en el predio de un horno de ladrillos, en el partido bonaerense de Cañuelas, y por el crimen detuvieron a un compañero de trabajo, informaron fuentes judiciales.

Se trata de Benito Quispe, de nacionalidad boliviana, cuyo cadáver fue hallado el jueves por la tarde debajo de un montículo de tierra, cerca del horno de ladrillos situado en un sector rural de la localidad de Máximo Paz, próximo al cruce de la Autopista Ezeiza–Cañuelas y la calle Suiza. Compañeros del hombre observaron la presencia de una pierna que sobresalía del montículo y llamaron al 911.

Al llegar al lugar, la policía comenzó el trabajo de remoción del cuerpo de Quispe, quien era común que faltase durante varios días y por eso no les llamó la atención que no había sido visto. Según las fuentes, los compañeros lo reconocieron por el calzado que la víctima usaba, tras lo cual los efectivos trasladaron el cuerpo a la morgue.

El resultado de la autopsia determinó que el hombre falleció como consecuencia de un traumatismo encéfalo craneano grave con un objeto contundente que le provocó una fractura. El fiscal Lisandro Damonte dispuso una serie de directivas tendientes a dilucidar si Quispe tenía enemigos. “Se logró determinar que tenía una situación de enemistad manifiesta con uno de los empleados del horno que no era visto desde el miércoles”, precisó un vocero. Personal de la Sub DDI Cañuelas aprehendió al sospechoso de 18 años, también de nacionalidad boliviana.

 

 

Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE