Marchan por el choque que protagonizó Tobio

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“Recién estaba recuperándose de una operación de cadera del año pasado. Pasamos meses cuidándonos y cuidándola, para que de repente alguien alcoholizado la mate en un choque”, reflexionó angustiada Ana Karina Eusebio, hija de Ana Licciardello, la mujer que falleció el 8 de noviembre pasado en un accidente que protagonizó el defensor de Estudiantes Fernando Tobio, en Ramos Mejía.

Para el martes próximo, cuando se cumpla un mes del hecho, la familia organizó una movilización que partirá de avenida de Mayo y Páez (la casa de Ana), para avanzar hasta Rosales (donde vive el futbolista) y por esta última calle continuar hasta Bolívar y llegar a Malabia, el sitio del accidente.

“Lo importante es que ya se incorporó a la causa el resultado del examen de alcoholemia a Tobio, que arrojó 1,3 de alcohol en sangre (el permitido es 0,5 g/l)”, dijo Eusebio a este diario, sin pasar por alto que “se lo hicieron más de dos horas después” de ocurrido el choque.

Sucedió a las 2.53 de la madrugada del 8 de noviembre, cuando la camioneta Land Rover que conducía el futbolista impactó fuertemente contra un remís Toyota Corolla en el que viajaban Licciardello, de 83 años, y sus dos hijas.

Una cámara de seguridad captó el momento en el que aparece el vehículo del defensor cruzando a velocidad, choca al remís y termina sobre la vereda. En el trayecto arrancó de cuajo un poste de luz.

Todos los ocupantes del Corolla sufrieron algunos golpes, pero la peor parte se la llevó Ana, quien ocupaba el asiento del acompañante “para que estuviera más cómoda”. En ese lateral el impacto dio de lleno.

Una ambulancia la trasladó a la Clínica Los Cedros, donde se descompensó y murió poco después.

“Habíamos estado en mi casa, con mi marido, mis hijas y mi hermana. Se nos hizo tarde mirando videos, charlando, riéndonos. Yo quise ir con mi hermana y mi mamá a la casa donde vivían, y pasó esto. Les tuve que decir a mis hijas que su abuela se había muerto”, lamentó Ana Eusebio.

La movilización del martes será en vehículos -auto, moto, bicicleta- para “evitar contactos y contagios” de COVID 19, explicaron los organizadores.

Tanto el futbolista como el remisero quedaron imputados en la causa por “homicidio culposo” por estar al volante de los vehículos involucrados, aunque en el caso del chofer del auto de alquiler, la prueba de alcoholemia “le dio negativo”, explicó la hija de la víctima.

El defensor, cuya familia reside en la zona del accidente y que llegó a Estudiantes libre desde Toluca de México a fines de octubre pasado y firmó contrato hasta diciembre de 2021, había estado involucrado en otra denuncia penal.

Fue en octubre de 2018, por “violencia de género”. Por entonces, jugaba en Central y una mujer lo acusó de haberla agredido a la salida de un bar.

 

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