Tras los chispazos, el diálogo del Municipio con Berni sigue cortado

Laura Romoli

lromoli@eldia.com

“De lo que pedimos, la mitad tiene respuesta y la mitad no”. Así describe el intendente, Julio Garro, el vínculo que el Municipio mantiene con el ministerio de Seguridad, luego de que hace unos 15 días el diálogo se cortara abruptamente.

La mala relación entre ambas administraciones se enmarca en el creciente descontrol que se da en la noche platense, fundamentalmente en espacios públicos como plazas y el Bosque, donde proliferan los encuentros de jóvenes hasta altas horas de la madrugada, consumiendo alcohol, usando pirotecnia, provocando ruidos molestos e, incluso, corriendo picadas.

Desde el Ejecutivo local expresaron ayer su malestar con el área de Seguridad provincial, advirtiendo que el Municipio “no puede contener el fenómeno en soledad” y reprochando que la Policía Bonaerense “no puede mirar para otro lado.

La relación entre el área que conduce Sergio Berni y la Comuna platense se tensó hace dos semanas, cuando el Ministro desplazó a los hasta entonces jefe de la Departamental La Plata, Sebastián Martínez Pass, y el jefe de la Policía Local, Pablo Moracca.

La decisión de desplazar a los dos hombres que habían sido sugeridos por Garro fue “inconsulta” e “intempestiva”. Así lo señalaban, al menos, desde la secretaría de Seguridad municipal, desde donde afirmaban entonces que los cambios se habían dado sin previo aviso y aseguraban que la mesa de diálogo mantenida hasta entonces “se frizó”.

Según confirmó ayer a EL DIA el Intendente, desde entonces no hubo entre los nuevos jefes policiales y su gabinete “ningún tipo de contacto”.

Se refería al nuevo jefe de la Departamental La Plata, Gustavo Martín Novelino, y su par de la Policía Local, Juan Luis Muñoz, que fueron designados por Berni sin consulta con la administración municipal.

“Es muy complejo trabajar así”, dijo ayer Garro en diálogo con este diario. El jefe comunal contó que “cada vez que su gobierno pide apoyo a la Policía Bonaerense para operativos de distinta índole, lo dejamos asentado por escrito” y, ante la pregunta sobre los resultados de esos requerimientos, respondió: “A muchos van; y a muchos otros, no”.

Ironizando, Garro agregó: “Lo que no quiero pensar es que se está mezclando la seguridad con lo político”. Y lamentó “lo bien que bien que veníamos trabajando” en conjunto hasta que las relaciones chocaron por el descabezamiento de ambos cargos.

En el entorno del Intendente señalaron cuánto afectó a la relación entre ambos la discusión que el mes pasado había tenido el Ministro con un grupo de jefes comunales de Juntos por el Cambio. Las rispideces desde entonces giran en torno a fondos de origen nacional que administra el área de Berni y que asigna partidas a los municipios para que sean invertidas en seguridad, pero afecta el 80 por ciento de esos fondos a la compra y blindaje de patrulleros.

“Más allá de las condiciones, le pedí a los funcionarios de Seguridad una reunión para saber si La Plata está o no dentro de la lista de ciudades beneficiadas con ese fondo”, señaló el jefe comunal. Y advirtió que en ese encuentro pedirá “coordinar la calle, fundamentalmente, ante el clima del fin de año”.