De qué hablamos cuando hablamos de poliamor

El narrador analiza en los relatos de su último libro, “Breves amores eternos”, el sexo, el matrimonio y la felicidad

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Bajo un signo de época en el que se cuestiona la monogamia y empiezan a replicarse las experiencias poliamorosas, el escritor Pedro Mairal explora en “Breves amores eternos” el malestar de hombres y mujeres oprimidos por el matrimonio que gambetean la infelicidad a través de relaciones clandestinas donde el sexo amortigua el peso del agobio sin dar lugar a replanteos drásticos.

Al calor de los nuevos protocolos de género, muchos de los personajes masculinos que presenta esta colección de relatos no resistirían una mirada piadosa sobre sus acciones: voyeuristas que espían púberes por las redes o se valen de un ardid pueril para filmar a una chica desnuda, hombres atormentados que solicitan los servicios de una prostituta y hasta resentidos capaces de poner a subasta la virginidad de una mujer sin su consentimiento.

El autor de “Salvatierra” y “Una noche con Sabrina Love” trabaja por momentos al límite del grotesco y de la corrección para contar cómo circula y se deshilacha el deseo en sociedades atrapadas por una moral burguesa que no permite emanciparse de los mandatos ni de la mirada del afuera. Y ahí es donde el sexo irrumpe como un punto de fuga que desplaza por momentos la infelicidad, siempre y cuando no sobrevenga un imprevisto fatal como ocurre en varios de los cuentos.

“Si lo pienso, creo que todo empezó no tanto porque no te soportaba más a vos, sino porque no soportaba más a la persona que yo era con vos. No soportaba eso en que me había convertido”, dice la protagonista de “Cero culpa”, que apela a la potencia de la primera persona para retratar la apatía conyugal que la deposita en una relación paralela donde los fluidos y la pregnancia de los cuerpos bosquejan una escena lujuriosa, que el psicoanalista se encarga de aplacar cuando advierte “Cuidado que una doble vida no sea una vida a medias”.

“Breves amores eternos” (Emecé) es la fusión de dos libros en uno: mientras las primeras 115 páginas reúnen los relatos más recientes de Mairal -los más antiguos datan de hace siete años-, la segunda parte toma el nombre de uno de los cuentos, “Hoy temprano”, para volver a hacer circular historias que habían formado parte de un libro editado en el 2001: “Son mis cuentos completos, sin querer ponerle ese título porque me sonaba a lápida”, cuenta Mairal, que por estos días está abocado a los ensayos de “Pensé que era viernes”, la banda que formó junto a Rafael Otegui.

“Me parece que las nuevas generaciones se están librando de la idea del matrimonio o la monogamia -dice Mairal-. Me da mucha intriga saber cómo lo van a armar porque hay siempre una cosa muy posesiva en las relaciones: uno siempre quiere sentirse querido, deseado, y la idea del poliamor pone en riesgo eso. Mis cuentos hablan de gente asfixiada en parejas, donde de golpe al sentirse deseada por alguien se prenden fuego y reviven. Me gusta contar cómo la gente se transforma con el deseo y a su vez cómo se construye ese deseo”.

 

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