A cualquier hora, de norte a sur, en los barrios sufren una epidemia de robos

Los vecinos se nuclean en torno a reclamos por lo que se presenta como una ola de escruches y asaltos a viviendas y comercios o ataques en la vía pública. Reclaman el refuerzo del patrullaje policial

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Como si fueran brotes -que no son verdes, ni alentadores- las denuncias de los vecinos van sembrando el mapa de la Región con la marca del delito y la movilización en reclamo de medidas de prevención.

En el centro o en la periferia de la Ciudad, en barrios de la zona norte o el sur, los relatos repiten delitos contra la propiedad en las modalidades de robo callejero, escruches en viviendas o entraderas. El fenómeno no es nuevo, pero golpea con una intensidad renovada desde hace varias semanas. Así lo indicaron desde zonas de Tolosa, Arana, las inmediaciones del Parque San Martín, el centro comercial de Los Hornos o en El Carmen -Berisso-, entre otros puntos. En todos los casos, la intensidad con que registraron los robos en los grupos vecinales está en relación directa con la lejanía del recuerdo de los móviles policiales recorriendo esas zonas.

Según pudo saber este diario, en medio del clima de reclamo en los barrios, la conducción regional de la Policía ordenó un operativo de saturación en toda el área de la capital provincial. La orden fue que hasta los comisarios salieran a la calle entre la noche del jueves y la madrugada del viernes. Y luego enviaran resultados a la Jefatura Departamental.

“Hace un tiempo tuvimos robos en la calle o en las casas y decidimos poner una alarma vecinal. El problema empezaba a partir de las 7 de la tarde. Eso fue en octubre o noviembre. Después, todo comenzó a empeorar. Los robos empezaron a ser mas violentos y en cualquier horario. De mañana, tarde o noche. Eso coincidió con que dejaron de pasar los móviles. Ahora, no los vemos nunca. Si hacemos una denuncia al 911 vienen rápido, pero todo empeoró desde que no hay ronda de patrulleros”, contó Damiana Affonso, vecina en inmediaciones del Parque San Martín.

La mujer lleva 16 años en la zona. En 56 entre 29 y 30 tuvieron dos episodios de robo en las últimas dos semanas. “Hace pocos días, abrieron el baúl de un auto en una cochera. Aparentemente, entraron a través de la medianera con una casa vecina, después de trepar un árbol. En el mismo lugar, la semana pasada robaron una bicicleta. Dos días atrás hubo otro robo en 30 y 56. Y hace dos semanas asaltaron al verdulero de 30 y 57”, relató otra vecina de la cuadra.

El atraco a la verdulería, que publicó este diario el 20 de febrero, fue tras el robo de la moto a un albañil, en 59 entre 29 y 30. Luego, los ladrones estacionaron ante el comercio. Tras romper un vidrio, uno de los delincuentes amenazó al comerciante con un arma para que le entregue la recaudación. El verdulero se resistió e iniciaron un combate que le dejó dos golpes en la cara. Todo siguió en la calle, cuando el ladrón huía hacia la moto. Con el verdulero siguiéndolo se detuvo. “Me vio, me apuntó y disparó, pero no sabemos a dónde fue a parar la bala”, explicó el damnificado. Un milagro. El estruendo se escuchó en las cuadras aledañas y varios vecinos fueron a ver qué había ocurrido. Todo había empezado a las 8.30 de la mañana, con el robo de la moto y siguió un rato después en la verdulería. Por la tarde, policías de la subcomisaría de La Unión vieron dos motos sospechosas, cruzaron los datos y eran las que se vieron en la verdulería. Iniciaron una persecución y detuvieron a un sospechoso en 168 y 520. Los siete mil pesos que tenía, se sospecha, eran del golpe al local de 30 y 57. “Estamos solos y eso da miedo. Es feo pensar que no puedo ir a hacer las compras por el barrio. Acá, los vecinos siempre estaban afuera. Hoy todos están metidos en sus casas”, lamentó Affonso.

Quizás buscando un poco de paz, varias familias comenzaron a construir su casa en una zona de Arana donde domina el paisaje rural. La paz ya no existe allí. En la zona comprendida entre las calles 615 y 628, entre 23 y 30, hay alrededor de quince casas. La mayoría está en construcción. Algunos proyectos se basan en la transformación de contenedores para transporte marítimo en modernas y confortables viviendas. Poco quedó de eso después de una seguidilla de ataques en las últimas semanas.

“Si hacemos una denuncia al 911 vienen rápido, pero todo empeoró desde que no hay ronda de patrulleros

Damiana Affonso, vecina de Parque San Martín

En los primeros robos desaparecieron entre otros bienes, las piletas de lona que usan los vecinos para refrescarse en el verano. “Creo que las usan en el acarreo de las otras cosas”, analizó Ignacio, un vecino con residencia permanente en la zona. “Primero se llevaron la pileta y algunas cosas, como la bomba de agua, que estaban por ahí. Después robaron de todo”, contó el propietario de uno de los contenedores. A un vecino, que desarrollaba el mismo plan constructivo también lo alejaron de ese plan. “Para entrar rompieron una pared y adentro sacaron todo lo que pudieron, hasta el inodoro arrancaron”, lamentó un vecino de la víctima de ese ataque.

El lugar está alejado de la Ciudad y también del centro de la localidad de Arana. Según los relatos que realizaron los vecinos a este diario, al menos tres propietarios realizaron la denuncia tras los robos. “¿Patrullas? Olvidate”, dijo Ignacio sobre la presencia de policías en el barrio.

Bicicletas

De ladrones que saltan paredes también conocen en la zona norte. A comienzos de la semana en una casa de 26 entre 472 y 473 la cámara de seguridad grabó a dos ladrones que saltaron un cerco de dos metros y en segundos volvieron con dos bicicletas. En esas horas, padecieron la misma modalidad en una vivienda situada en el corazón de Gonnet, 494 entre 20 y 21.

Más cerca de las comisarías, de las luces y del movimiento, en Los Hornos se extiende la preocupación entre comerciantes del tramo más movido de la 137, que va de 60 a 66. “Rompieron el vidrio, levantaron la persiana y se llevaron todo lo que había cerca”, contó Analía Grigioni sobre el escruche nocturno que sufrió en su zapatería, situada en 137 entre 63 y 64. La comerciante calculó una pérdida equivalente a 40 mil pesos por los alrededor de cien pares de ojotas y zapatillas.

No es solo de noche el problema, según relataron a este diario en la arteria principal de Los Hornos. “Últimamente te pueden barretear una puerta a las 2 de la tarde”, dijo un comerciante de la cuadra.

Grigioni detalló que tenemos robos a las cinco o seis de la tarde. Hasta se dio un caso frente a la comisaría (137 entre 60 y 61)”, dijo.

En la zona detallaron que hace un mes le tocó a una casa de celulares el escruche y hace unos 20 días ladrones armados se llevaron la recaudación de una farmacia y a los pocos días le tocó a una tienda. Todo en el tramo de 137 que va de 60 a 66. Según los cálculos que hacen en los negocios, la problemática se acentuó durante el verano. “Siempre son chicos y a veces andan armados”, indicó Grigioni. Como dato sobre la soltura de movimientos, apuntó que “a mediados de enero, en la puerta de mi negocio robaron una bicicleta. Yo estaba hablando con otra persona. Fue en nuestra cara”, indicó.

En las últimas semanas, también se registraron varios asaltos y entraderas en Barrio Norte y La Loma. En casos, fueron golpes millonarios, que hacen sospechar a la Policía sobre bandas con alto nivel de organización.

A principios de mes, vecinos de las inmediaciones de la estación de Tolosa pidieron explicaciones en la comisaría sobre la extensa lista de asaltos en la zona. Ahora, buscan respuestas sus vecinos de 120 entre 526 y 527. “Hace diez años que acá no se ve algo así. Los robos son constantes. Asaltan a alguien en la calle. Luego, se cruzan con otra persona a los pocos metros y también le roban”, contó un vecino del grupo movilizado que pidió reservar su identidad. Señalaron desde ese grupo que los atracos ocurren a toda hora. “Siempre son los mismos, un grupo de menores y mayores al que todos conocemos”, dijo el vecino y señaló un punto del mismo barrio de donde provendrían los ladrones.

EL CARMEN Y EL MONDONGO

En Berisso, más precisamente en El Carmen, un grupo de habitantes de la vecindad se juntó por segunda ocasión en la puerta de la comisaría tercera situada en 36 y 126. Leticia y Noemí, dos de las organizadoras de los encuentros, revelaron que un área cercana a la dependencia policial, comprendida entre las calles 35 a 45 y de 126 a 129, se transformó en el blanco predilecto de los malvivientes.

“Intentaron robarme por lo menos tres veces. Creemos que son casi siempre los mismos son de la zona, pero a pesar de las denuncias siguen haciendo lo que quieren”, se quejó Noemí. De las 10 personas que participaron de la pequeña asamblea, ocho aseguraron haber sido víctimas de algún tipo de robo: en sus casas, en la parada del colectivo o en la vereda. Además reclamaron que los incidentes en los inmuebles “están siempre acompañados de actos de vandalismo”, cerró Leticia.

En El Mondongo el próximo jueves, a las 18, realizarán una nueva reunión vecinal en 2 y 68 para tratar la erradicación de la Zona Roja, los asaltos en casas y comercios, y las notas dirigidas al poder judicial y legislativo, “para frenar la delincuencia juvenil”.

Vecinos de 120 entre 526 y 527, y las calles aledañas piden un puesto policial fijo

 

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