Secretos de la casa de Jorge Bell

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Durante diferentes épocas del año se realizan periódicamente visitas a la Agrupación de Comunicaciones 601 de City Bell, lugar que fuera la Estancia Grande de la familia Bell. Allí se pueden descubrir vestigios de una compañía jesuita que estuvo en esas tierras hace 370 años, conocer el lugar donde descansaron los soldados ingleses antes de las invasiones de 1807 e ingresar al casco de la Estancia Grande, uno de los establecimientos de campo más importantes del siglo XIX.

La Agrupación de Comunicaciones 601 de City Bell es la más grande que tiene el Ejército en su tipo; también funcionan en ese predio de 106 hectáreas el Batallón de Operaciones Electrónicas y el Batallón de Mantenimiento. Con una actuación estratégica en la Guerra de Malvinas y múltiples participaciones en acontecimientos civiles como las inundaciones, para muchos ese lugar que ven a su paso por el Camino Centenario, es un cuartel del que poco se sabe, pese a que trabajan allí unas 550 personas.

El visitante también se encuentra con un poblado autónomo en el que hay desde una panadería hasta un expendedor de combustible.

Allí vivieron aborígenes querandíes y hubo asentamientos guaraníes. Con posterioridad, Juan de Garay repartió entre los colonos una franja de tierra que iba desde el actual Parque Lezama hasta Magdalena.

Según la documentación existente, los jesuitas se establecieron allí alrededor de 1650 y permanecieron hasta 1695, cuando se vendieron las tierras a Luis de Pezoa de Figueroa, un importante hacendado de la época.

 

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