Uno de cada cinco argentinos cree que no escucha bien pero no se trata

Pese a lo limitante que puede resultar la pérdida auditiva, un estudio revela que un tercio de las personas nunca se realizó un control. Especialistas advierten sobre la importancia de controlar que los chicos escuchen bien

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Pedir constantemente a los interlocutores que repitan lo dicho, asentir sonriendo como si hubiéramos entendido o subir el volumen del televisor hasta niveles que resultan molestos para los demás son conductas que podrían indicar un problema de audición y que muchos argentinos reconocen en sí mismos sin preocuparse por consultar a un profesional.

Pese a las limitaciones que implica la pérdida auditiva, en la Argentina 2 de cada 10 personas que creen tener este problema no se tratan y al menos un tercio reconoce que jamás se realizó un control. El dato, que surge de una encuesta realizada por la firma MED-EL en distintos países de la región, busca concientizar sobre lo extendida que se encuentra esta problemática al conmemorarse hoy el Día Mundial de la Audición.

Muchos argentinos podrían estar viviendo con pérdida auditiva sin saberlo ya que, según surge del mismo estudio, mientras que el 31 por ciento de los encuestados nunca se hizo un control auditivo otro 22 por ciento reconoce no haberse sometido a uno en al menos los últimos cinco años.

Al analizar las causas que explicarían el bajo nivel de consulta entre la población, el estudio muestra que la mayoría (el 41%) no se realiza controles auditivos porque no lo considera una prioridad; el 22%, por falta de información; el 14% porque no le preocupa la pérdida auditiva; y el 13%, porque asume que se trata de un problema temporal.

Frente a esta situación -que no es exclusiva de nuestro país sino que se registra en gran parte del mundo- la Organización Mundial de la Salud propone “Escuchá de por vida” como lema para conmemorar este año el Día de la Audición. Con esta consigna se busca resaltar la importancia de la intervención eficaz y oportuna de la pérdida auditiva, para informar sobre las opciones útiles que pueden ayudar a las personas que la padecen a desarrollar todo su potencial.

“La pérdida de audición puede deberse a causas genéticas, complicaciones en el parto, algunas enfermedades infecciosas, infecciones crónicas del oído, el empleo de determinados fármacos, la exposición al ruido excesivo y el envejecimiento”, explica el otorrinolaringólogo Mario Zernotti, quien recomienda no postergar la consulta a un profesional.

“Existen diferentes tipos y grados de pérdida auditiva. Dependiendo de la región del oído afectada, generalmente se puede distinguir entre cuatro tipos principales. Y según la severidad del cuatro se le recomienda a los pacientes la solución más adecuada para su caso, que puede ir desde un audífono hasta un sistema de conducción ósea o un implante coclear, para los casos más graves”, comenta el profesional.

DESDE LA NIÑEZ

Más de la mitad de los casos de pérdida auditiva en la niñez podrían evitarse con medidas de prevención, señalan desde la Organización Mundial de la Salud al resaltar la importancia de que tanto padres como docentes estén atentos a posibles dificultades de audición en los chicos y no demoren la consulta a un profesional.

Si bien en la Argentina existe una ley (la 25.415 de Detección Temprana y Atención de la Hipoacusia) que establece que todos los bebés deben ser sometidos a una pesquisa neonatal auditiva antes de las 36 horas de vida, lo cierto es que en muchos casos no sucede así.

“Con la revisión neonatal podemos conocer cuál es el estado de audición del bebé al momento de nacer y, en caso de que se presente alguna disminución se establece un protocolo de seguimiento para evitar que ese niño termine con una sordera discapacitante. En el momento en que se detecta una pérdida en la audición, se comienza con la etapa de diagnóstico correspondiente acorde a la necesidad del paciente”, explica la fonoaudióloga Mónica Matti desde el centro auditivo Gaes.

Como señala la profesional, la mayor parte de los déficits auditivos permanentes que se manifiestan en el período neonatal son congénitos y hasta un 80% de los casos se deben a alteraciones genéticas. También pueden deberse a factores que interfieren en el desarrollo del sistema auditivo durante la gestación como las infecciones congénitas: toxoplasmosis, rubéola, citomegalovirus, herpes, sífilis o algunos medicamentos ototóxicos.

Cualquiera sea el caso, “la consecuencia más directa de la pérdida de audición, es la limitación que va a tener ese niño para poder comunicarse y desarrollar el habla. De ahí la importancia del diagnóstico y tratamiento para permitirle al paciente infantil un ingreso escolar y una sociabilización con sus pares menos compleja”, resalta la profesional.

El ámbito escolar es precisamente el espacio en el que los síntomas de este problema se manifiestan con mayor claridad. Un niño que demora en responder cuando se lo interpela, que no habla de manera clara, o que con frecuencia está distraído podría estar sufriendo una limitación auditiva. Un simple examen de rutina para el ingreso escolar como es la audiometría permite conocer si efectivamente ese niño tiene algún tipo de pérdida de la audición y evitarle un problema mayor.

 

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