Reclamos para que los vecinos desinfecten las bolsas de residuos

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Es muy probable –y así lo vienen señalando algunos sociólogos y observadores en las últimas jornadas- que cuando ceda la pandemia del coronavirus, muchas costumbres saludables que se han impuesto en esta época, como el frecuente lavado de manos, se incorporen y proyecten a la cultura cotidiana de todos los habitantes.

Otras de ellas, como la alternativa de cuidarse más de las grandes concentraciones para evitar eventuales contagios a través de las vías respiratorias, sostener una dieta sana y la conveniencia de realizar actividades físicas, forman parte también de esa evolución hacia una mejor calidad de vida.

Se presenta ahora otro caso análogo a los anteriores, a partir de los reclamos de las municipalidades de La Plata y de Berisso para que los vecinos desinfecten las bolsas de basura antes de dejarla en los canastos, como una manera de proteger la salud de los recolectores. Trabajadores que hoy están exceptuados de la cuarentena obligatoria y que, por lo tanto, junto a otros grupos, enfrentan mayores riesgos que la mayoría de las persona.

En ese sentido, desde la secretaría de Gobierno de La Plata se instó a la gente a limpiar las bolsas de residuos utilizadas con una solución de alcohol al 70 por ciento y agua, con el fin de proteger la salud de los recolectores que, como el personal de la Salud y de la Seguridad, están exceptuados y continúan desarrollando su labor.

De igual modo, desde la comuna de Berisso solicitaron a los vecinos que colaboren con los trabajadores del servicio de recolección y en este marco de aislamiento preventivo y obligatorio donde se ha incrementado el volumen de residuos, evite la rotura de bolsas, y las rocíe con una solución de lavandina diluida para colaborar con las medidas preventivas.

Desde luego que estos reclamos formulados por ambas administraciones comunales apuntan a bajar al máximo las posibilidades de que los trabajadores del sector se infectan del virus COVID-19, un flagelo de características universales que hoy conmueve al planeta.

El pedido de los dos municipios reviste importancia porque esa actitud de protección debiera extenderse hacia el futuro y convertirse en una costumbre adquirida, en el sentido de que todo vecino está obligado siempre -y bajo toda circunstancia- a velar por la higiene pública. Se sabe, sin embargo, que muchas veces no ocurre ello y que en nuestra zona, por dar sólo un ejemplo negativo, los micro basurales son moneda corriente.

Vecinos carentes de un mínimo sentido de solidaridad y educación no trepidan en arrojar su basura en cualquier baldío o esquina, perjudicando en primer lugar a otros, cuyos frentes se convierten en receptáculo de todo tipo de residuos. Al mismo tiempo, mucha gente deja de preocuparse también por la forma en que deja la basura, para que sea llevada por los recolectores que, como bien se sabe, corren todo tipo de riesgos al manipularla.

Es de esperar que esta medida encuentre eco en la actitud de muchos vecinos y que los municipios de La Plata y de Berisso –que son quienes ahora realizaron el reclamo- velen para que la población conserve un manejo más responsable de los residuos, muy especialmente ahora, cuando en todos los ámbitos se adoptan medidas de precaución para evitar la expansión de una enfermedad tan contagiosa como lo es la del coronavirus. Por lo pronto, los recolectores de residuos merecen en forma inexcusable esa consideración.

 

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