Dos motochorros arrastraron a una menor y hay miedo en muchas escuelas
Edición Impresa | 7 de Marzo de 2020 | 03:34

El ataque de motochorros que una chica de 17 años sufrió a la vuelta de su casa, cuando hacía algo tan cotidiano como ir caminando a visitar a una amiga, tuvo varias consecuencias, a pesar de que los ladrones escaparon sin nada: ella terminó con heridas y un miedo que no la deja salir de nuevo sola a la calle, mientras que el incidente reavivó la preocupación de los vecinos por una modalidad que parece haber llegado para quedarse. La alarma se extiende a las comunidades educativas de los colegios que funcionan en los alrededores, incluida la del Instituto Bivongi, en 63 entre 25 y 26, a donde concurre la víctima del intento de robo y sus hermanos.
Según contó Claudia, su madre, sucedió el jueves pasado cerca de las 17.30, después de que la menor salió de su domicilio en dirección al de su amiga, sin otra cosa que una mochila. Había recorrido apenas algunos metros cuando en 27 entre 66 y 67 apareció una moto roja que se subió a la vereda, encarándola. Había dos hombres en ella. Y no hizo falta que dijeran nada para que la chica supiera de qué se trataba aquello. El que iba de acompañante se bajó de un salto y la amenazó con “un cuchillo grande”, reveló Claudia, mientras la adolescente “se puso contra la pared y atinó a darles el celular, asustada”.
Sin embargo, los atacantes “la tiraron al piso, la agarraron del pelo y la arrastraron y se fueron sin robarle nada”, contó horrorizada la madre. Nadie puede asegurar que la hayan agredido para sacarle la mochila. De hecho, el celular quedó tirado ahí mismo, mientras los motochorros huían rápido dejando a la chica con raspones, golpes y cortes en las extremidades.
Los encargados de una vidriería de la cuadra salieron en su ayuda, además de ir buscar a Claudia: “Llamé al 911 y la policía se portó muy bien”, apuntó la mujer, que en las próximas horas radicará la denuncia en la comisaría Quinta.
Por charlas que mantuvo mano a mano con sus vecinos y a través del grupo de WhatsApp supo que los ladrones que atacaron a su hija serían los mismos que andan haciendo estragos por el barrio. Hay filmaciones de motochorros que operan de la misma manera, aunque estos circulan en un vehículo azul.
“Ya robaron en una verdulería, y a dos chicas que caminaban por 67 entre 26 y 27”, dijo Claudia. La preocupación se extiende a los padres de otros alumnos del instituto Bivongi, ya que un incidente similar ocurrió en la esquina el edificio, con una parejita como víctima.
Por eso la comunidad planea reunirse con autoridades policiales y también de la escuela -pese a que reconocen que no es responsabilidad suya-, porque “elegimos esos colegios porque están cerca de casa, para que los chicos se manejen solos y no pueden hacerlo”, lamentó Claudia.
Después de que trascendió el ataque, las comunidades educativas de otros colegios referenciados en la zona de 28 y 65 y 63 y 26 hicieron pública su preocupación por los robos “cada vez más violentos y a plena luz del día” que sufren los alumnos, en particular a manos de motochorros que los abordan en las calles, cuando van o salen de clases.
Los reclamos incluyen a establecimientos como el Mater Dei, el San Pío y el Santa Teresa, además de la Escuela 55 y la Escuela 42. “La zona está liberada”, concluyó una de las madres que se comunicó con este diario, indignada por el riesgo que corren los chicos “a cualquier hora”. Es que la gran concurrencia de alumnos a esos colegios hace que además del horario escolar la zona esté siempre transitada por menores que cursan materias a contra turno, como el caso de Educación Física, entre otras asignaturas.
Otra vecina contó que “ya hace tiempo venimos sufriendo estos tipo de casos de robos y violencia, fuimos a reclamar varios vecinos y padres de chicos que concurren a los colegios de la zona, y la respuesta fue que no puede hacer nada porque no tienen móviles ni herramientas para hacer algo”, dijo la mujer.
“Elegimos escuelas cercanas a nuestras casas para que los chicos se manejen solos y no pueden”
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