Se le escapó igual que la Libertadores

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Algo muy similar a lo que sufrió anoche en Tucumán le había pasado a este equipo de River pocos meses atrás, cuando perdió la final de la Copa Libertadores en una definición increíble ante Flamengo de Brasil.

Aquel partido por el mayor torneo continental, el conjunto Millonario lo perdió sobre la hora, cuando su consagración parecía asegurada. Tenía todo a favor, incluso un gol de ventaja, pero cometió un par de errores que Gabigol aprovechó a fondo y Flamengo gritó campeón.

Aquella final de noviembre en Lima, Perú, significó un golpe muy duro para River, que de todas formas se recuperó en forma inmediata, en términos que se reflejaron en la inmediata obtención de la Copa Argentina, frente a Central Córdoba de Santiago del Estero, y el protagonismo mantenido en la presente edición de la Superliga.

En la historia aquella amargura de la Copa Libertadores, el conjunto de Nuñez se focalizó en el campeonato oficial de Primera, en el que saltó a la punta este año, ni bien reinició la competencia recuperando con un triunfo el partido que tenía que postergado con Independiente.

De ahí en más quedaron siete fechas, y el camino se limpió rápidamente para darle lugar a un mano a mano River-Boca, con ventaja de la escuadra dirigida por Marcelo Gallardo hasta la última fecha.

El empate de la semana anterior contra Defensa y Justicia, en el Monumental, resultó un freno para River, que lo puso en la obligación de tener que ganarle a Atlético Tucumán, como visitante, para festejar sin tener en cuenta lo que pasara en la Bombonera, con Boca-Gimnasia.

No ganó River, si lo hizo Boca, y la Superliga sigue como materia pendiente para Gallardo.

 

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