Patadas, amenazas y hasta un culatazo en un ataque a una familia en su casa de San Carlos
Edición Impresa | 22 de Abril de 2020 | 04:06

Un estremecedor ruido que provenía del frente de su casa, en el barrio San Carlos, generó intriga y desconcierto a los dueños de esa vivienda, una mujer de 57 años, su esposo de 55 y el hijo de ambos, de 25. Unos segundos después supieron de qué se trataba el violento impacto que los conmovió: un grupo de sujetos con pasamontañas, barbijos y vestidos con ropa similar a la que usa la Policía bonaerense, ya estaba frente a ellos y amenazándolos de muerte, con armas largas y pistolas en las manos.
La escena ocurrió cerca de las 19 del lunes, en un domicilio situado en la esquina de 141 y 47. Abrió paso a un asalto de características violentas en el que despojaron a la familia de “algo más de 30.000 pesos, la cartera de mi mujer con algo de dinero, tarjetas de crédito y débito, documentación personal y nuestro Ford Focus”, precisó en la tarde de ayer a EL DIA Marcelo Simonetti (55).
Todo ocurrió en un lapso de unos cinco minutos. “Por suerte al auto lo dejaron abandonado en 139 entre 36 y 37. Aunque apareció chocado y sin la llave, que seguramente habrán tirado en algún lado”, amplió el hombre.
Acerca de esos minutos de terror, Simonetti detalló que los ladrones “se metieron luego de reventar la reja del frente y la puerta de madera de la entrada a la casa”.
Luego, indicó que “primero entraron tres ladrones a la casa. Luego, se sumó un cuarto, que entró y salió, mientras que afuera quedó otro vigilando que estaba vestido con uniforme policial”, contó.
“Los demás tenían pulóveres azules, como los que también usa el personal policial. Aunque en ningún momento dijeron ser policías ni mostraron alguna credencial al respecto”, aclaró una de las víctimas.
Todo “muy claro”
Simonetti puntualizó después que la banda tenía muy en claro cómo lograr su objetivo y hasta se repartieron roles al momento de ejecutar el atraco.
“A mi mujer y a mi hijo los encerraron en el baño. Pero momentos antes a mi hijo le pegaron varias patadas para que se meta ahí, ya que uno de nuestros tres perros, una hembra de la raza shar pei, se les fue `al humo` como para atacarlos. Entonces, uno de estos delincuentes le apuntó con su arma. Amagó como si fuera a dispararle, pero por suerte no lo hizo”, consignó.
El hombre también fue blanco de la violencia. Para amedrentarlo, mientras le exigían dinero y otros elementos de valor, le aplicaron un fuerte culatazo arriba de su ojo derecho. Ayer por la tarde, tenía un vendaje que cubría la herida que le provocaron con el golpe.
“CREO QUE FUE AL VOLEO”
Simonetti expuso su propia teoría sobre el episodio: “creo que fue al voleo”, dijo. También reveló que un rato antes del asalto, “vi pasar al Volkswagen Surán en que llegaron acá. No sé por qué pero me quedaron grabados los números de la patente”, lamentó.
Según contó, “después, la Policía me dijo que el coche había sido robado en La Matanza y lo dejaron acá para huir en el mío”.
Asimismo, indicó que, en pleno asalto en su domicilio, “una chica del barrio se dio cuenta de que algo raro ocurría en casa y empezó a gritar fuerte. Y el ladrón que estaba con el uniforme policial en la vereda de casa, la obligó a entrar en la casa de al lado.
La situación gravitó fuerte en los planes de la banda, según analizó Simonetti, “ahí apuraron la fuga, porque supusieron que estaba por llegar la Policía”. Y acotó: “a lo sumo estuvieron 3 minutos en casa”.
No fueron los únicos casos de inseguridad que se vivieron en esa casa.
“Una vez se metieron cuando nos habíamos ido de vacaciones. Y en otra ocasión, vecinos salvaron a mi mujer de una entradera”, recordó Simonetti.
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