Un kiosquero denunció que, tras una discusión, un policía y el padre le dieron una feroz golpiza

Ocurrió en 70 entre 6 y 7. Tras el incidente el agente fue arrestado. La víctima sufrió varios golpes en el rostro

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Un policía fue a comprar un pack de 6 cervezas a un kiosco de 70 entre 6 y 7. Cuando ya las había abonado dijo recordar algo que no le gustó de una compra anterior, pero nada se aclaró: según el comerciante, apenas unos instantes después lo atacó a trompadas junto a su padre, ocasionándole una lesión en el rostro y algunas heridas.

Minutos más tarde, llegó la Policía y se llevó detenidos a los agresores, mientras que la víctima fue también a la comisaría, pero para radicar la denuncia sobre el violento episodio sufrido que derivó en el arresto del efectivo y el pedido de intervención a la Auditoría General de Asuntos Internos de la Policía.

La dueña del negocio, Mabel Carmen Sanz (75), contó que todo se desencadenó cuando el cliente -vecino del barrio- se presentó en la puerta del kiosco, que era atendido por ventanilla, el domingo, a las 22.

“Mi hijo le preguntó qué necesitaba y este hombre, de unos 35 ó 40 años que estaba junto a sus padres, le dijo que quería un pack de 6 cervezas. Primero quiso pagar 100 pesos cuando cuestan 330 pesos”, detalló la mujer. Luego de que el cliente aceptara pagar los 330 pesos, mientras los abonaba lanzó un reproche.

Sanz reveló que el policía “le dijo a mi hijo `cómo me madrugaste el otro día con el billete de 5 pesos que me diste `por un vuelto. Pero mi hijo no lo engañó ni lo perjudicó dándole ese billete, porque se extendió su vigencia”, sostuvo (hasta el 29 de mayo).

La comerciante explicó que ella estaba al lado e intervino para que se resolviera la discusión.

Al respecto, mencionó que “le ofrecí al cliente dejar sin efecto su compra, que me devolviera el pack de 6 cervezas y nosotros le reintegrábamos el monto de lo que había pagado”.

La propuesta tuvo un efecto diametralmente opuesto al que la mujer deseaba. “Se enfureció y enseguida le dio una trompada al vidrio de arriba, pero como no había logrado romperlo del todo, le pegó una fuerte patada al panel de vidrio de abajo de la puerta, por lo que destrozó a ambos”.

El ataque provocó el enojo del kiosquero, de 38 años, quien salió a la vereda a recriminarle al agresor lo que había hecho y a reclamarle que pagara por el daño causado.

Lejos de reconocer la situación, según lo relatado por Sanz, el cliente “volvió sobre sus pasos, lo mismo que su padre, pero pata atacar a golpes a mi hijo”.

Sostuvo que “primero el padre le levantó la remera a mi hijo y se la puso arriba de la cabeza. Y enseguida le empezaron a pegar entre los dos varias trompadas en la cara”.

“Por los golpes, mi hijo terminó con el tabique nasal desviado y algunas heridas en la cara”, afirmó luego la dueña del kiosco.

Los gritos alertaron a los vecinos, que llamaron al 911.

A los pocos minutos, un móvil del Comando de Patrullas arribó a la escena y, enterados los efectivos de lo ocurrido, terminaron subiendo al móvil a los agresores a la comisaría novena.

Un rato después, otro patrullero llevó al kiosquero a la misma seccional, pero para que denuncie el hecho.

“Es una vergüenza lo que hicieron de pegarle a mi hijo y rompernos los vidrios de la puerta. Este policía ya vino alterado”, dijo Sanz.

En el barrio contaron que el agresor fue echado de la Policía, pero una fuente de la investigación del caso negó eso. “Es de La Plata y estuvo en servicio en Junín”.

El caso está quedó a cargo del fiscal penal en turno, Hugo Tesón (UFI Nº 8), quien ayer le tomó declaración al imputado. Escuchó negar el ataque y dispuso su liberación. Aunque se aclaró que sigue investigado en esa causa.

 

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