Piden jury a Violini, que se defiende: “Que me digan K no es una ofensa”
Edición Impresa | 12 de Mayo de 2020 | 04:41

Mientras se suman los pedidos de juicio político en su contra y tras la sentencia de la Suprema Corte de Justicia bonarense que revocó el fallo que habilitó los arrestos domiciliarios de cientos de presos, el juez platense de Casación, Víctor Violini, se defiende: “Estoy convencido de que lo que resolvimos con mis colegas era lo que correspondía resolver. Era una situación muy particular, es una pandemia y es un peligro que crece en las unidades carcelarias. Si ingresaba el virus, corríamos el riesgo de que prontamente se infectara mucha gente. La decisión adoptada por Casación fue lógica; es lo que debe hacer un juez, resguardar la salud y la vida de la gente”, insistió.
Sobre el magistrado pesan ya dos pedidos de juicio político.
Por un lado, legisladores bonaerenses de Junto por el Cambio ultiman detalles de la presentación que formalizarán en las próximas horas ante la Secretaría Permanente de Enjuiciamiento de Magistrados, donde reclamarán por su destitución al entender que Violini actuó “al margen de la ley”.
En tanto que ayer, la ONG Usina de Justicia, que nuclea a familiares de víctimas de homicidios, hizo una presentación similar ante la mencionada dependencia por entender que el fallo en cuestión “atenta contra el sentido de Justicia, el orden social y el respeto a las instituciones democráticas”.
Al respecto, el juez platense se defendió: “El tema de que Usina de Justicia me haya pedido un jury, como si yo hubiera sido el único autor del habeas corpus, no me interesa. [...] El hábeas corpus fue con el acuerdo de todos los jueces. Esto es una resolución del Tribunal de Casación pleno, de los ocho jueces. Me tocó a mí ejercer la presidencia por la pandemia”.
Y aclaró: “Si la gente detenida se hubiese muerto, el responsable hubiese sido el Tribunal de Casación. Ahí sí nos hubiese correspondido un pedido de jury”.
Violini también sostuvo que, pese a la polémica, jamás pensó en renunciar, mientras negó conocer “al Presidente [Alberto Fernández], ni a Cristina Kirchner, ni al Gobernador [Axel Kicillof]. No los conozco. Nadie me llamó para que libere presos. Acá nadie apretó a nadie. La decisión se tomó teniendo en cuenta la superpoblación y el hacinamiento de las cárceles”.
No obstante, y sin ocultar sus preferencias políticas, remató: “Que me digan K o peronista no es una ofensa. Al contrario. Sería una ofensa si me dijeran que soy nazi”.
Las noticias locales nunca fueron tan importantes
SUSCRIBITE