Con tapabocas, el narcomenudeo sigue fuerte en la Zona Roja
Edición Impresa | 17 de Mayo de 2020 | 02:47

Las cervecerías artesanales, los siniestro viales o el narcomenudeo en la Zona Roja, son todas tradiciones platenses que, como tales, tienen años de historia en la Ciudad. La primera, con 55 días de aislamiento social, preventivo y obligatorio a cuestas, vio frenada su actividad por completo. Las dos restantes, en cambio, siguen su marcha con algún parate discontinuo.
En las diversas reuniones que mantienen los vecinos de El Mondongo entre ellos o con las autoridades, la discusión siempre rumbea para el mismo lado: la venta de droga y su consecuencia directa: la delincuencia que azota al barrio desde hace tiempo.
En los encuentros más recientes las voces se hicieron oír y hubo reclamos que convergieron en esa línea. María, indignada, manifestó que “los robos se hicieron costumbre acá, es tierra de nadie, ni nos vigilan, es una vergüenza” y añadió que “esto ya no tiene solución, mandan los delincuentes y si te atienden cuando hacés la denuncia vienen cuando el delito está hecho”.
Daniel, uno de los referentes de la junta vecinal, indicó que “hace ya rato que El Mondongo dejó de ser un barrio tranquilo, asesinatos, entraderas, robos al voleo, motochorros, venta de droga a full, con cuarentena incluida, somos uno de los barrios más castigados”.
Con todo, reflejaron que la labor del anterior titular de la comisaría Novena, Matías Cáceres, “no fue tan mala”. Y detallan que arreglar el problema tiene más bien que ver con una “decisión política, una orden firme y un plan sistemático que venga de arriba”.
“Hoy (por ayer) nos reunimos con el nuevo comisario (Cristian Di Giácomo) y como siempre le pedimos que trabajen para erradicar la Zona Roja. Nos dejó una buena impresión, compartió proyectos que tiene con nosotros y tenemos la esperanza de que hagan lo que tienen que hacer”, le revelaron los frentistas a EL DIA. Este diario intentó conseguir la palabra de las autoridades policiales.
Lo que más urge, aseguraron los vecinos, tiene que ver con la comercialización de estupefacientes que nunca se detuvo.
a la hora señalada
Cuando comienza a bajar el sol y la oscuridad toma la calle, se pueblan las esquinas, algo que ocurrió desde siempre y continuó aún después de decretada la cuarentena.
“No tenemos problemas con la prostitución, que está arraigada en el área desde hace más de 50 años. Lo que no queremos es la droga dando vueltas”, se encargan de aclarar desde la Asamblea Vecinal de El Mondongo.
Los sectores elegidos por quienes -según denuncian los lugareños- se dedican al microtráfico, cambian de acuerdo a las necesidades, los controles o las luminarias públicas. Algunos aparecen “a las 18 o antes”, manifestó Rocío. Entre las direcciones elegidas, se registró presencia de trans y mujeres en 64 y 115; 2 y 67; 3 y 68; 1 de 65 a 67.
“Ayer eran las 18.30 y en calle 2 y esquina 67 estaban dos travestis y una chica vendiendo droga como si nada, los autos paraban y no les importaba nada”, afirmó Adrián.
En la última semana se los vio más “asentados”. Paula, que asevera haber realizado una gran cantidad de denuncias, señaló que “hace varios días que se juntan sobre todo en las esquinas de 4 de 64 a 65, y 5 y 64”. En más de una oportunidad, “ante la falta de respuesta de la Policía”, ella fue a increparlas “para que se fueran”, dijo.
“El domingo me quisieron correr con una botella rota, pero me defendí con una baldosa”, contó, aludiendo al incidente con el tono de relato de una anécdota normal.
Al ser consultadas por este diario, fuentes de la Fuerza afirmaron que “tenemos operativos de prevención en vía pública y de saturación” para controlar los casos. No obstante, los vecinos sostienen que esas medidas no son suficientes para detener el tránsito de personas.
En ese sentido, graficaron que “no puede ser que nos pidan documentación si vamos a trabajar o a hacer una compra y que después, durante toda la noche y parte de la madrugada, travestis, prostitutas o delincuentes deambulen por la calle sin problemas”.
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