Una “mesa chica” con un tema excluyente

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Unos minutos antes del acto, el tema central de conversación entre los funcionarios fue el brote de coronavirus en Villa Azul, situada en el límite entre Avellaneda y Quilmes. En torno a la misma mesa se sentaron Alberto Fernández, Axel Kicillof, Sergio Massa y los intendentes de ambos distritos, Jorge Ferraresi y Mayra Mendoza. “La situación es difícil, pero está en control”, deslizó a este diario uno de los presentes.

Anoche se confirmaron otros 53 casos positivos de COVID-19 en el asentamiento, lo cual elevó la cantidad total de contagiados a 145 personas.

El temor de las autoridades es que el virus se traslade al otro lado del Acceso Sudeste, donde se sitúa la populosa Villa Itatí en territorio quilmeño. “El cierre de Villa Azul es para tratar de evitar un contagio exponencial”, aseguraron desde el Gobierno bonaerense.

Entre jueves y viernes comenzarán a realizarse los testeos en Itatí, donde hasta ayer había sólo siete casos confirmados. El ingreso del coronavirus a las villas del primer cordón del Conurbano, tras el brote en las porteñas 31 de Retiro y 1-11-14 del Bajo Flores, se convirtió en la máxima preocupación de los gobiernos nacional y bonaerense. Alberto F. y Kicillof escucharon ayer el informe de Ferraresi y Mendoza.

Ambos intendentes también aprovecharon la oportunidad para pedir al Presidente y el Gobernador obras de urbanización para Villa Azul que, sobre todo del lado de Quilmes, tiene construcciones muy precarias y carece de infraestructura básica, como los servicios de agua y electricidad.

 

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