Para EE UU, lo del COVID-19 y el murciélago es una película
Edición Impresa | 4 de Mayo de 2020 | 01:53

Estados Unidos cuestionó ayer abiertamente el origen del coronavirus, acusó a China de ocultar información y puso en duda la versión oficial de Beijing de que el virus saltó a los humanos en un mercado de animales salvajes de la ciudad de Wuhan, en el mes de octubre pasado.
El secretario de Estado de estadounidense, Mike Pompeo, aseguró que su gobierno tiene una “enorme cantidad de pruebas” de que el nuevo coronavirus se originó en un laboratorio de la ciudad china de Wuhan, algo que Beijing y la propia agencia de inteligencia norteamericana CIA niegan y que la Organización Mundial de la Salud (OMS) y otros expertos científicos han descartado.
Sin embargo, Alemania junto a otros países se hicieron eco de Washington en la vociferación del pedido de mayor transparencia y exigieron más información a China, informó la agencia de noticias Europa Press.
En el medio de esos pedidos, se sumó el reclamo de la OMS de que China transparentara qué sucedió con la pandemia en los primeros meses, dado que varios médicos chinos denunciaron que el gobierno los sancionó y calló para que no supiera la gravedad del brote al principio.
En medio de las denuncias y reclamos por la censura inicial de médicos chinos, Estados Unidos acusa a Beijing de haber creado artificialmente el virus que desató la pandemia, algo que ni los médicos chinos ni ningún respetado científico en el mundo avala por ahora.
“Puedo decirle que hay una cantidad significativa de pruebas de que esto vino de ese laboratorio en Wuhan”, sostuvo Pompeo en una entrevista con la cadena ABC News, sin presentar dichas pruebas.
El secretario de Estado insistió en que la cantidad de pruebas es “enorme”, a pesar de que las agencias de inteligencia estadounidenses dijeron esta semana que aún siguen examinando esa posibilidad y no han llegado a una conclusión, consignó la agencia de noticias EFE.
Pompeo llegó a decir en un momento de la entrevista que “los mejores expertos parecen pensar que fue fabricado por el ser humano”, una idea que la Oficina del Director Nacional de Inteligencia estadounidense descartó rotundamente en un comunicado el jueves pasado.
Pompeo no rechazó o desconoció esta afirmación, pero volvió a insistir con sus elucubraciones de la “liberación” del virus por parte de China y puso en duda si fue un acto intencionado o accidental.
“El Partido Comunista Chino sigue bloqueando el acceso (a sus laboratorios) al mundo occidental, a los mejores científicos del mundo, para averiguar qué ocurrió exactamente”, subrayó .
“Tenemos que entrar ahí. Todavía no tenemos las muestras del virus que necesitamos”, agregó.
Mientras tanto, el brote sigue creciendo a paso acelerado en Estados Unidos, el epicentro de contagios y muertos en el mundo.
En total, el país registra más de 1.187.302 infectados y de 68.569 muertos.
la oNU ve otra pandemia
En medio de este cruce interminable entre EE UU y China, el secretario general de la ONU, António Guterres, advirtió que detrás de la de coronavirus hay una “segunda pandemia”, que es la de la “desinformación” y lamentó que muchos periodistas estén siendo “objeto de mayores restricciones y castigos”.
“A medida que la pandemia (de coronavirus) se extiende, también ha dado lugar a una segunda pandemia de desinformación, desde consejos de salud perjudiciales hasta teorías conspirativas descabelladas”, dijo Guterres en un mensaje con motivo de celebrarse ayer el Día Mundial de la Libertad de Prensa y advirtió que “no se debe reprimir la capacidad de los periodistas de llevar a cabo su labor”.
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