Denuncia que les entregaron un cuerpo equivocado y que cremaron el de su abuela
Edición Impresa | 8 de Mayo de 2020 | 02:39

Susana Mercedes Fernández, de 75 años, falleció el pasado 5 de mayo tras haber estado internada desde el 24 de abril en el Instituto del Diagnóstico producto de un cuadro “particular con enfermedades crónicas que padecía”, contaron desde su entorno.
Tras haberse descartado, con hisopado mediante, que el deceso podría haberse producido a raíz de coronavirus, se informó a los familiares que el cuerpo podía ser velado normalmente.
Fue así que la familia de Susana inició los trámites para despedirla en una casa fúnebre ubicada en avenida 72 entre 13 y 14. Se les informó que al tratarse de una situación atípica por el periodo de confinamiento que rige, el servicio sería reducido y que solamente podían ofrecer un velatorio de 1 hora.
Una vez contratado el servicio ofrecido llegó el momento del traslado del cuerpo, a cargo de una empresa tercerizada por la casa funeraria, y la situación ya se vería envuelta en complicaciones, negligencias y equivocaciones que su nieta, Susana Flores, le contó a este medio.
“Ella estaba aislada por sospecha de COVID-19. Fue desmejorando, y pasó el domingo a cuidados intensivos, estuvo todo el lunes, su cuadro era más grave, ya le habían hecho un hisopado, y el martes a las 10:30 hace un paro cardíaco y fallece. Para hacer el retiro esperábamos el resultado, y tuvimos las muestras ayer con resultado negativo”, repasó.
Y continuó con su relato: “Después de eso buscamos un servicio para despedirla, nos ofrecen un servicio de una hora y después irían los restos al Parque Iraola para hacer una cremación. Teníamos pautado eso para hoy (por el jueves). Anoche (miércoles) nos avisaron que ya habían ido a retirar el cuerpo y que había pasado algo. Entonces fue mi tío y le notificaron que se habían confundido de cuerpo. Esta misma cochería tenía otro servicio similar con otra señora en el mismo lugar. A las 11:35 quedaba en constancia que retiraban el cuerpo de esa señora de apellido Pacheco para ser llevado a cremación directa. Y 19:25 se acercan a retirar el cuerpo de mi abuela. Pero cuando van por la tarde, se dan cuenta que el óbito no era el de mi abuela. Nadie corroboró que se habían llevado otro cuerpo”.
Tras ese error garrafal que le sumó más dolor aún a la pérdida, Susana agregó que ayer a la mañana se hicieron presentes en el cementerio: “Hoy estuvimos en el Parque Iraola y los restos fueron cremados el miércoles con el nombre de otra señora. Y mientras nosotros estábamos ahí ingresó el otro cuerpo con los papeles de mi abuela. Es terrible”, dijo.
La mujer estaba aislada por sospecha de COVID-19, pero dio negativo
A la hora de buscar responsables, la nieta de la fallecida aseguró que “las responsabilidades serán compartidas, hicimos la denuncia correspondiente para que nos solucionen el daño causado. Ella murió sola y aislada y nosotros no la pudimos despedir. Sale un cuerpo de la clínica como Pacheco y era ella, y mi abuela salió de la clínica sin documentación. Cuando nosotros hacíamos los trámites a ella la estaban cremando”.
Asimismo, expresó cómo se sienten tanto ella como el resto de la familia ante una situación semejante: “Es el duelo de la pérdida de un ser querido, que fue aislada y se murió sola. Pude verla a través de un vidrio, ni siquiera pude darle un beso. Hoy era su despedida y no lo pudimos hacer por el mal accionar de esta gente. Y nosotros en la casa de sepelios teníamos el cuerpo de otra mujer. Hoy estábamos en Parque Iraola con el ingreso de un cuerpo con su nombre pero que no era ella”.
Por último, sobre las respuestas que recibió de parte de los involucrados, señaló: “Desde la cochería nos dijeron que hubo una equivocación y nos pedían disculpas. Y desde la clínica conseguí una llamada telefónica con un director y me dijo que se ponía en mi lugar pero que la responsabilidad era del ambulanciero, salvo que haya estado mal rotulado el cuerpo, pero hasta ahora nadie nos llamó para eso. No se acercaron para darnos una explicación coherente. Hay responsables claro, quien trasladó y quien entregó”.
Por su parte, fuentes del Instituto de Diagnóstico indicaron a este diario que “hubo un error de lectura del camillero de la empresa que transportó los cuerpos. Tras haberle entregado el certificado de defunción y haber realizado los actos administrativos de rigor, fue acompañado hasta la puerta de la morgue del sanatorio, ingresó solo y se llevó el cadáver equivocado”.
A su vez, autoridades de la clínica indicaron que el empleado del Instituto “fue sumariado” y agregaron que “se investigará hasta el último detalle lo ocurrido. Es un tema muy delicado. También hablamos con la familia de Fernández, le explicamos la situación y le pedimos disculpas. Se trató de un error absolutamente involuntario, en un momento muy especial”.
También remarcó el directivo que habló con este diario que “en todo el sector de la salud estamos atravesando una situación muy especial por lo que genera la pandemia del coronavirus, en el que hay fuertes cambios de los protocolos que se aplican”.
Según las mismas fuentes del Instituto de Diagnóstico, “el primer cuerpo fue trasladado entre las 11 y las 12,30 y el segundo entre las 15 y las 16. Ambos fueron trasladados por la misma empresa, que cumple el servicio para la casa de sepelios que había sido contratada por las dos familias: Fernández y Pacheco”.
Además, remarcaron en el sanatorio que “los cuerpos tenían los rótulos y precintos de rigor”.
En tanto, este diario intentó hablar con los responsables de la empresa funeraria de 72 entre 13 y 14, pero hasta el cierre de esta edición fue imposible ubicar a los propietarios del lugar.
En la clínica dijeron que “hubo un error” del camillero de la empresa que hizo el traslado
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