The New York Times advierte sobre un posible autogolpe militar en Brasil

El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, acusó hoy a la Organización Mundial de la Salud (OMS) de desarrollar un plan para "quebrar" la economía brasileña al recomendar la cuarentena como método para frenar el avance del coronavirus, un día después de que el Congreso aprobara el uso obligatorio del tapabocas en todo el país, el más golpeado por el brote en América Latina con más de 38.000 muertes.

Y en medio de todo esto, el diario estadounidense New York Time adivirtió que en Brasil podría producirse un autogolpe militar.

Desde el inicio de la pandemia, el gobernante minimizó la gravedad de la enfermedad, a la que calificó de "gripecita", rechazó las cuarentenas para priorizar la economía -que igual se desplomó- y hasta desestimó las medidas de distanciamiento social que recomendaba su propio gobierno.

Esta actitud hizo que su gestión de la pandemia fuese mundialmente criticada, y a ella se atribuye en gran parte que Brasil sea el segundo país con más casos en el mundo, detrás solo de Estados Unidos, y el tercero con más muertes, con más de 38.000, detrás de Estados Unidos y Reino Unido.

Toda esta crisis hizo, según plasma el medio estadounidense, que las figuras militares más poderosas de Brasil piensen en hacerse cargo del gobierno y desmantelar la democracia más grande de América Latina. Pero lejos de denunciar la idea, el círculo íntimo del presidente Jair Bolsonaro parece estar reclamando que los militares tomen las riendas

“Ya no es una opinión sobre si sucederá, sino cuándo ocurrirá esto”, dijo recientemente el hijo del presidente, Eduardo Bolsonaro, a un destacado blogger brasileño.

Los líderes políticos y analistas dicen que una intervención militar sigue siendo poco probable. Aun así, la posibilidad se cierne sobre las instituciones democráticas de la nación, que están analizando a Bolsonaro y su familia en múltiples frentes.

Dos de los hijos del presidente están siendo investigados por el tipo de campañas de desinformación y difamación que ayudaron a que su padre fuera elegido en 2018, y a fines del mes pasado, la policía federal allanó varias propiedades vinculadas a aliados influyentes de Bolsonaro.

El Tribunal Superior Electoral, que supervisa las elecciones, tiene la autoridad de usar evidencia de la investigación para anular las elecciones y destituir a Bolsonaro de su cargo.

Dos de sus hijos también están bajo investigación por corrupción, y la Corte Suprema recientemente autorizó una investigación sobre las acusaciones de que Bolsonaro intentó reemplazar al jefe de la policía federal para proteger a su familia y amigos.

Incluso el manejo de la pandemia por parte del presidente está bajo amenaza legal: el lunes, un juez de la Corte Suprema ordenó al gobierno que dejara de suprimir datos sobre el creciente número de muertos en Brasil.

Según el último reporte oficial, que anoche volvió incluir la totalidad de los datos sobre el brote tras intimar el Supremo Tribunal Federal al Ejecutivo, Brasil es de lejos el país latinoamericano con más infectados y fallecidos, con 739.503 y 38.406, respectivamente.

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