Álvaro Sisti Ripoll: el platense que desde Londres apuesta a relajar con su música
Edición Impresa | 10 de Junio de 2020 | 03:11

Hace poco más de un lustro Álvaro Sisti Ripoll, pianista, compositor, director de orquesta y profesor de nuestra ciudad, decía antes de un concierto en el Pasaje Dardo Rocha cumplir “una de las metas que me propuse cuando mis pies no llegaban al piso, estando sentado en esas butacas que tantas veces transité”. Pero uno a uno fue tachando objetivos: se destacó en festivales pianísticos, fue profesor en el Conservatorio, además de en la Universidad del Salvador, dirigió conciertos, fue laureado en concursos de piano, hasta que sintió que “no tenía mucho más que hacer en Argentina ya: me había ido bastante bien con la música clásica, pero ya sentía que no podía avanzar mucho más”.
Entonces, armó las valijas y se fue a vivir a Londres, ciudad que habita hace dos años y desde la cual acaba de lanzar el primer EP de su proyecto con el prestigioso productor Panta Ray, “Inner Voices”, cinco tracks instrumentales lo-fi para relajar y bajar.
Es el primer trabajo que lleva su nombre desde que llegó a Londres hace dos años, con algunos contactos para comenzar a trabajar pero algo de sentido aventurero. “Un poco me mandé”, reconoce el pianista, parte antes de su éxodo del combo Estepa Central Soviética, y parte además de una familia de artistas: sus hermanos Javier y Félix son parte de la emblemática banda indie 107 Faunos, y su hermana Clara, con quien ha colaborado en algunos proyectos artísticos, es parte del Ballet Estable del Teatro Colón.
“Hay mucha actividad musical en Londres”, dice, y eso es parte de lo que lo seducía de la ciudad inglesa. “Un poco, siempre había querido irme: a todos los músicos nos seducen las oportunidades que hay en Europa, donde hay más oportunidades de tocar. En Argentina, sentía que ya había tocado en casi todos los lugares, y no hay un gran mercado para la música clásica. Estaba abierto a ir a cualquier lado, pero se dio la oportunidad de Inglaterra”, cuenta Sisti Ripoll desde una cuarentena “no tan estricta” y que “ya se está reactivando”, con la posibilidad de ser parte de sesiones de grabación y de recibir alumnos ya aprobada, aunque sin actividades masivas todavía.
En Londres encontró “la movida que esperaba”: “Conecté con músicos y productores”, cuenta quien desde su llegada trabajó dando clases, brindó algunos conciertos de piano y rápidamente entró en contacto con la escena local, convirtiéndose en el director de un ensamble de música el clasicismo y tocando como pianista de sesión en grabaciones de jazz. “Y también hice cosas medio raras”, se ríe. “Una vez me llamaron para que toque un Rhodes de fondo en la grabación de podcast. Tenía que hacer sonidos de misterio en un podcast de detectives. Hay muchas cosas acá, y muchas cosas extrañas”.
Inmerso en la escena musical, Sisti Ripoll hizo contacto con Bagdat, productor de Kazajistán que vive en Londres, ciudad donde inició su proyecto bajo su nombre artístico, Panta Ray, donde explora diferentes estilos, pero esencialmente hace electrónica lo-fi.
Unidos por la noche londinense, Panta Ray lo invitó a grabar “unas guitarras”: “Grabamos tres o cuatro maquetas un día, y volví a la semana y grabamos otras tres o cuatro, y estábamos muy contentos… Y un día fui, y teníamos como quince temas, y algunos estaban muy buenos. Ahí empezamos a pensar en producir material”, relata el proceso que dio origen a “Inner Voices” el pianista platense.
El EP vio la luz hace tres semanas (puede escucharse en Spotify), y Sisti Ripoll afirma que es el primero de varios que vendrán próximamente, para alimentar la ansiedad consumidora del escucha del siglo XXI. “Tratamos de producir siempre, acorde a las nuevas demandas: la gente quiere más música, todo el tiempo, y más cortita, más fácil de escuchar”.
El lo-fi es, de hecho, un estilo hijo de nuestros tiempos en ese sentido, aunque como un lado B: lejos de alimentar la ansiedad abrumadora del mundo contemporáneo, procura ofrecer músicas sedosas, relajantes, herederas de las ideas de la música ambient y el muzak, primeras en pensar la música desde otro ángulo.
Proliferan en internet las compilaciones de música lo-fi en loop, de tres o cuatro horas de duración, para estudiar, meditar o, simplemente, descargar energías negativas a través del poder de la música.
“Me había ido bastante bien con la música clásica, pero sentía que no podía avanzar mucho más”
“Siento que durante mucho tiempo la música estaba diseñada para que tengas que prestarle una atención activa: lo que tiene tan rico el lo-fi es que puede ser muy enriquecedor estando también en segundo plano”, explica Sisti Ripoll sobre “Inner Voices”. “Me ha sucedido que gente me dice: ‘Escuché cinco veces seguidas el disco’. Eso con mis bandas anteriores es imposible, pero con el lo-fi podés. Es tranquilo, relajante. Y tratamos de hacer que la música sea corta, así la gente se queda con ganas de más: algunas bandas terminan una canción y se quedan ocho horas repitiendo el final… Nosotros queremos hacer dos minutos, que sean muy contundentes”, agrega.
Es un cambio de paso para el pianista, algo que él confirma: “El último disco que grabé con Estepa Central Soviética tenía muchísimas capas, instrumentos por todos lados, y después era muy denso para escuchar. Entonces, me aboqué a una filosofía de ‘menos es más’: tres instrumentos, pero que sean más eficientes”, analiza quien, hasta Panta Ray, no había tenido contacto profundo con el lo-fi. “Me gustaba, pero nunca le había prestado mucha atención”, confiesa. “Pero cuando empecé a trabajar con Panta Ray, pensé: ‘qué bueno poder hacer música de una forma más comercial, pero usando una cantidad de recursos compleja, la misma que usás en el jazz o en la música clásica’. Eso lo hace muy rico, muy atractivo para mi”.
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