Avanzan con un fármaco en pacientes críticos

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El bloqueo gracias a un tratamiento anti cáncer de una proteína clave en la reacción inflamatoria que se desata en los pacientes críticos con coronavirus proporcionó beneficios clínicos a un pequeño grupo de enfermos con COVID-19, según los primeros resultados de un estudio clínico publicados en la revista Science Immunology.

Los investigadores observaron que el uso del medicamento Acalabrutinib, un fármaco de AstraZeneca que inhibe la proteína qirosina quinasa de Bruton (BTK) y es usado en el tratamiento de varios tipos de cáncer de sangre, se asoció con una reducción de las dificultades respiratorias y de la respuesta inmune hiperactiva que origina la inflamación que causa la muerte de los enfermos críticos.

La proteína BTK desempeña un papel importante en el sistema inmunitario normal, especialmente en los macrófagos, un tipo de células inmunes que -como sugiere su nombre- se “come” el virus y puede causar inflamación al producir proteínas conocidas como citocinas. Las citocinas actúan como mensajeros químicos que ayudan a estimular y dirigir la respuesta inmune. En algunos pacientes con COVID-19 en estado grave, se liberan una gran cantidad de citocinas en el cuerpo de una sola vez, lo que hace que el sistema inmunitario dañe la función de órganos como los pulmones y ataque la infección. Este peligroso estado hiperinflamatorio se conoce como “tormenta de citoquinas”. En la actualidad, no existen estrategias terapéuticas comprobadas para esta etapa de la enfermedad.

El estudio fue desarrollado para probar si el bloqueo de la proteína BTK con Acalabrutinib reduciría la inflamación y mejoraría el resultado clínico para pacientes hospitalizados con COVID-19 en estado crítico.

 

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